viernes, 24 de marzo de 2017

JPG social club: Laboratorio de Paisaje Cultural

Laboratorio de Paisaje Cultural

RELATOS Y RETRATOS


Relatos y retratos se concibe como un espacio en el que tengan cabida las visiones aportadas desde el mundo del arte, la literatura y otras fuentes con el fin de enriquecer la mirada sobre los paisajes andaluces. 

Para ilustrar el paisaje minero de Busquístar se ha elegido el siguiente texto Jean Sermet en el que recoge una descripción del paisaje, los cultivos y los poblados de una zona comprendida en el descenso de la localidad de Tabernas a la de Gérgal. 

“Los valles y barrancas esteparios no son, ni mucho menos, uniformes, pero tampoco son verdaderamente mpresionantes más que en las partes quebradas en bad lands. En este aspecto, el descenso de Tabernas o de Gérgal a Almería no tiene apenas rival. Pero, en la mayor parte de los casos, la superficie de aluviones apenas ha sido arañada por la erosión. Y estas vastas llanuras planas y peladas pueden parecer tristes. El brillo de los cristales de sal o de yeso da como una impresión de esterilidad. No hay cultivos o hay muy pocos: monte bajo muy raso, leñoso y espinoso, y unas carreteras interminablemente rectas, jalonadas de raras posadas o casas de peones camineros. Se siente prisa por escapar de esta soledad triste y se pisa el acelerador, contemplando las altas montañas que, en el lejano horizonte, constituyen el fondo del decorado. Los pocos poblachos que se atraviesan no tienen en general nada que atraiga el interés.” 
Fuente: 




Bibliografía:
El paisaje histórico urbano en las ciudades históricas patrimonio mundial: indicadores para su conservación y gestión
Área: Otras Publicaciones
Coordinación editorial: Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico
Editan: Román Fernández-Baca Casares, Pedro Salmerón Escobar, Nuria Sanz, Consejería de Cultura
Número: 1
D.L.: SE-2111-2009
ISBN: 978-84-8266-882-6
Número de páginas: 226
Precio: 6 euros
Año de publicación: 2009

Para ver más: 
http://www.iaph.es/paisajecultural/modules.php?name=ProyectosDestacados&op=listar&cid=2284&opcionMenu=bNoReg5%3Cbr%3E 


miércoles, 15 de marzo de 2017

Modelos de preguntas cortas



https://selecthistoria.jimdo.com/novedades/soluci%C3%B3n/preguntas-cortas-11/

En este enlace se pueden consultar modelos de preguntas cortas (abiertas) de la Prueba de Evaluación de Bachillerato prevista para el presente curso académico. 

domingo, 5 de marzo de 2017

jueves, 2 de marzo de 2017

Esquema del Tema 5: El Sexenio Democrático.

Conflictos durante la I República
Tema 5 : EL INTENTO DE REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA: EL SEXENIO REVOLUCIONARIO (1868 – 1874).

1.Introducción.


Explicar la situación heredada del reinado de Isabel II:

* Problemas económicos y sociales.

* Autoritarismo de los gobiernos de la alternancia entre los Moderados y la Unión Liberal

* Impopularidad de la Reina (Sucesos de la noche de San Daniel): Presencia de intelectuales. El Krausismo.

* Acuerdo entre los partidos antidinásticos (Firma del Pacto de Ostende, 1866).

Interpretación de la Revolución de 1868:

1) Revolución antigua: Crisis de subsistencia

Pronunciamiento militar

2) Revolución moderna: Respuesta a la crisis financiera e industrial de 1866.


2. Desarrollo.


Proceso de la Revolución de 1868 “La Gloriosa” o la “Septembrina”

Pronunciamiento militar de Serrano.

Manifiesto “España con honra” (Gobierno Provisional y Sufragio Universal)

Papel de las Juntas Revolucionarias (explicar antecedentes)

Etapas del Sexenio Revolucionario

1ª Gobierno Provisional (1868 – 1870)

Composición


Programa de los gobiernos

División de los Demócratas (cimbrios y republicanos)

División de los republicanos (Unitarios y Federalistas)

- Cortes Constituyentes( sufragio y fuerzas políticas representadas)


- Constitución de 1869:

1. Soberanía Nacional

2. División de poderes

3. Cortes bicamerales

4. Sistema Parlamentario

5. Declaración de derechos individuales

2ª Regencia de Serrano (1870)

Planteamiento de problemas del Sexenio:

1.Insurrecciones populares y republicanas (Levantamientos campesinos en Andalucía)

2.Estallido de la Guerra de Cuba (Grito de Yara, Octubre de 1868)

3.Hacienda pública (Moneda única, Arancel Figuerola, Ley de Minas.)

4.Búsqueda de un rey.

3ª La Monarquía de Amadeo I

1. El asesinato de Prim y el rechazo al nuevo rey (oposición de la derecha carlista, la Iglesia Católica. Republicanos, sectores industriales, la antigua aristocracia terrateniente ) y el nacimiento del Partido Alfonsino.

2. La tercera Guerra Carlista.

3. La Guerra de Cuba.

4. Acciones del movimiento obrero

5. La abdicación.

4ª La I República (1873)

1.Proclamación de la República

2.Definición

3.Proyecto constitucional de 1873 : * Principios (República Federal, Soberanía popular,

separación Iglesia Estado...)

* Cortes y Jefatura del Estado

* Contenido social

4. Problemas que tuvo que afrontar:

1.Escasos apoyos

2.Guerra Carlista

3.Guerra de Cuba

4.Levantamiento Cantonal.

5ª Golpe de Estado del General Pavía. República Autoritaria (1874)

Golpe de Estado de Martínez Campos en Sagunto.

3.Conclusiones.

1. El sexenio revolucionario fue un intento de Revolución Democrática en España y puso de manifiesto la complejidad de intereses y objetivos de diferentes sectores económicos, sociales e ideológicos presentes en la época.

2. La Constitución de 1869 es uno de los mayores logros del liberalismo democrático

3. Una de las experiencias más novedosas es el ensayo de República que se concretó en los diversos modelos, desde la república unitaria, la federal y la cantonal.

4. Se pone de manifiesto la vinculación entre el republicanismo y el movimiento obrero.

5. Ninguna de las alternativas de organización política del Estado fue capaz de resolver los numerosos conflictos a los que se tenían que enfrentar, la 3ª Guerra Carlista, la Guerra de Cuba, el Cantonalismo. Favoreció el desarrollo del sistema de la Restauración ante la demanda unánime de orden y pacificación.

Documento 1..
 Constitución de 1869. 
La Nación Española y en su nombre las Cortes Constituyentes elegidas por sufragio universal, deseando afianzar la justicia, la libertad y la seguridad y proveer el bien de cuantos vivan en España, decretan y sancionan (...)
Art. 21. La Nación se obliga a mantener el culto y los ministros de la religión católica. El ejercicio público o privado de cualquiera otro culto queda garantizado a todos los extranjeros residentes en España, sin más limitaciones que las reglas universales de la moral y del derecho. Si algunos españoles profesaren otra religión que la católica, es aplicable a los mismos todo lo dispuesto en el párrafo anterior.
Art. 26. A ningún español que esté en el pleno goce de sus derechos civiles podrá impedirse salir libremente del territorio, ni trasladar su residencia y haberes a país extranjero, salvo las obligaciones de contribuir al servicio militar o al mantenimiento de las cargas públicas.
Art. 32. La soberanía reside esencialmente en la nación, de la cual emanan todos los poderes.
Art. 33. La forma de Gobierno de la Nación española es la Monarquía.
Art. 34. La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes.(..)
Art. 35. El poder ejecutivo reside en el Rey, que lo ejerce por medio de sus ministros.
Art. 36. Los Tribunales ejercen el poder judicial.

Documento 2
Circular del Ministerio de la Gobernación a todos los gobernadores de provincias “Vacante el trono por renuncia de Amadeo I de Saboya, el Congreso y el Senado, constituidos en las Cortes Soberanas, han reasumido todos los poderes y proclamado la República. A consolidarla y darle prestigio han de dirigirse ahora los esfuerzos de todas las autoridades que de este Ministerio dependen. Se ha establecido sin sangre, sin convulsiones, sin la más pequeña alteración del orden y sin disturbios conviene que se la sostenga para que acaben de desengañarse los que la consideraban como inseparable de la anarquía.  
Orden, Libertad y Justicia: este es el lema de la República. Se contrariarían sus fines si no se respetara y se hiciera respetar el derecho de todos los ciudadanos. Se le contrariarían sus fines, si no se dejara amplia y absoluta libertad a las manifestaciones de pensamiento y de conciencia; si se violara el más pequeño de los derechos consignados en el Título I de la Constitución de 1869”.  
                                                                                                           Francisco Pi y Margall 


Otros documentos:

Problemas republicanos.








Caricatura de "La flaca" sobre el cantonalismo

Nº 4: Proceso de desamortización y cambios agrarios. (Esquema)


Proceso de desamortización y cambios agrarios.

Paso de la propiedad institucional a la individual o privada.

DOCUMENTOS:
1)Carta de Juan Álvarez de Mendizábal a la Reina Gobernadora. Febrero de 1836.
2) Ley de 1 de Mayo de 1855
0.- Definición de desamortización.
1. Introducción: Contexto económico, social e histórico.
- Situación del sector agrario en el Antiguo Régimen. Diferentes puntos de vista sobre las razones de su estancamiento, geográficos, sociales, económicos y políticos.
- Antecedentes de la desamortización:
En España
Procesos no vinculados a la reforma agraria:
Legislación de Carlos III
Godoy
José Bonaparte
Cortes de Cádiz
Trienio Liberal
En Europa
 Reforma Protestante
Revolución Francesa

2. Desarrollo:
Procesos desamortizadores vinculados a la reforma agraria.
* Objetivos económicos, políticos, fiscales del proceso desamortizador.
* Grandes Desamortizaciones en España:
DOC. 2 : Desamortización eclesiástica de Juan Álvarez de Mendizábal.

  • Cronología.
  • Contexto político.
  • Objetivos.
  • Grado de consecución de los mismos
    DOC. 1: Desamortización Civil de Pascual Madoz.
    • Cronología.
    • Contexto político.
    • Objetivos.
    • Grado de consecución.
    3. Resultado y valoración. Conclusiones.
    3.1. Valoración económica y jurídica del proceso. Valor de las tierras subastadas, cambio en el sistema de propiedad de la tierra.
    3.2. Transformación de la sociedad: beneficiados y perjudicados.
    3.3. Relación del proceso de desamortización con la aparición del movimiento obrero. Conflictos sociales urbanos y rurales: Los levantamientos campesinos en Andalucía.
    3.4. Valoración del proceso como motor de desarrollo económico: la construcción del ferrocarril.
    3.5. Valoración del proceso en relación a las relaciones con la Iglesia Católica.
    3.6. Valoración personal.
    Documentos
    La Desamortización de Mendizábal
    Carta a su Majestad la Reina Gobernadora:
    "Señora, vender la masa de bienes que han venido a ser propiedad de la Nación, no es tan sólo cumplir una promesa solemne y dar una garantía positiva a la deuda nacional, es abrir una fuente abundantísima de felicidad pública; vivificar una riqueza muerta, desobstruir los canales de la industria y de la circulación; apegar al país por el amor natural y vehemente a todo lo propio; ensanchar la patria, crear nuevos y fuertes vínculos que liguen a ella; es, en fin, identificar con el trono excelso a Isabel II, símbolo de orden y de la libertad. No es, señora ni una fría especulación mercantil, ni una mera operación de crédito. . . El decreto que vaya a tener la honra de someter a la augusta aprobación de V. M. sobre la venta de bienes adquiridos ya por la nación, así como en su resultado material ha de producir el beneficio de minorar la fuerte suma de la deuda pública, es menester que en su objeto y aun en los medios por donde aspire a aquel resultado, se encadene, se funde en la alta idea de crear una copiosa familia de propietarios, cuyos goces y cuya existencia se apoye principalmente en el triunfo completo de nuestras actuales instituciones".
    Febrero de 1.836
    Juan Álvarez de Mendizábal

    http://www.historiasiglo20.org/HE/pautastextos.htm

    Ley de desamortización de Pascual Madoz de 1855
    (1 de mayo de 1855)
    HACIENDA.
    Ley, declarando en estado de venta todos los predios rústicos y urbanos, censos y foros pertenecientes al Estado, al clero &c. y cualesquiera otros pertenecientes a manos muertas.
    Doña Isabel II, por la gracia de Dios y la Constitución, Reina de las Españas: a todos los que las presentes vieren y entendieren; sabed que las Cortes constituyentes han decretado y Nos sancionamos lo siguiente:
    Título primero. Bienes declarados en Estado de renta, y condiciones generales de su enajenación
    Artículo 1.- Se declaran en estado de venta, con arreglo a las prescripciones de la presente ley, y sin perjuicio de las cargas y servidumbres a que legítimamente estén sujetos, todos los predios rústicos y urbanos; censos y foros pertenecientes:
    1. Al Estado;
    2. Al clero;
    3. A las órdenes militares de Santiago, Alcántara, Calatrava, Montesa y San Juan de Jerusalén;
    4. A cofradías, obras pías y santuarios;
    5. Al secuestro del ex-Infante D. Carlos.
    6. A los propios y comunes de los pueblos;
    7. A la beneficencia;
    8. A la instrucción pública;
    9. Y cualesquiera otros pertenecientes a manos muertas, ya estén o no mandados vender por leyes anteriores.
    Ley General de Desamortización de 1855

    miércoles, 1 de marzo de 2017

    Tema 6: El Régimen de la Restauración.Características y funcionamiento del sistema canovista.

    “EL RÉGIMEN DE LA RESTAURACIÓN Y EL SISTEMA CANOVISTA”

    1. Introducción.

    - Resumir brevemente la coyuntura en la que Alfonso XII volvió a España.

    - La figura política de Antonio Cánovas del Castillo y su papel (pacificación del país).

    - Cronología del período.

    - Concepto de Restauración.

    2. Desarrollo.

    - La Constitución de 1876. Principios fundamentales. Reparto de poderes. Cortes.

    - Los partidos políticos: partido conservador, partido liberal.

    - El proceso electoral y por qué entró en crisis.

    - Oligarquía y caciquismo en Andalucía. Explicación de por qué se desarrolla ampliamente el caciquismo en el sistema político andaluz.

    - La tarea gubernamental (1874- 1902).
    - Oposición al sistema:
    . Republicanos y movimiento obrero.
     Nacionalismos.: Catalán y Vasco.
    3. Conclusiones.

    3.1. El propio sistema genera el fraude y la corrupción.

    3.2. Alejamiento cada vez más profundo entre la España oficial (La de los partidos del turno) y la España real la de los problemas sociales y económicos. el pueblo)

    3.3. Marginación de las fuerzas políticas fuera de los partidos del turno.

    3.4. Poca representatividad del Parlamento, por la escasa participación de los ciudadanos.

    3.5. Fracaso de la política económica basada en el proteccionismo defendido por los conservadores, que no incentiva la producción, la calidad y la competencia

    Documento 1

    El caciquismo según Tuñón de Lara 

    “El caciquismo sólo es posible en un país de gran propiedad agraria. El cacique es el ricacho del pueblo, él mismo es terrateniente o representante del terrateniente de alcurnia que reside en la Corte; de él depende que los obreros agrícolas trabajen o se mueran de hambre, que los colonos sean expulsados de las tierras o que las puedan cultivar, que el campesino medio pueda obtener un crédito. La Guardia Civil del pueblo está en connivencia con él, el maestro (...) debe someterse a él, el párroco prefiere por lo común colaborar con él; en una palabra, es el nuevo feudal. (...). El caciquismo, como el feudalismo, tiene estructura piramidal partiendo del burgo o aldea; a la altura provincial hay cacique o caciques, que suelen colaborar con el “señor gobernador”.”

    Documento 2
    Imágen satírica, publicada en el semanario La Flaca ,denunciando la falsa que supuso el establecimiento por Sagasta ( personaje sobre la locomotora)del sufragio universal masculino debido a la manipulación de la selecciones.

    Comentario:
    Esta imagen fue publicada en el semanario La Flaca (una revista satírica de la época) y nos muestra la farsa electoral producida por el caciquismo. En primer plano, al frente de la locomotora tenemos a Sagasta. A sus pies aparece "sufragio universal" y un grupo de caciques (terratenientes que daban trabajo a los jornaleros y campesinos a cambio de exigirles que votaran a quien ellos les indicaban), matones, miembros del ejército, la alta clase social... Al fondo encontramos a las clases sociales bajas como los campesinos,jornaleros, enfermos... Aparecen las partidas de la porra apaleando a la gente y la venta de votos "al por mayor", como figura en la carretilla


    Tanto unas clases como otras llevan carteles manifestando sus quejas.



    Si nos fijamos bien podemos ver un carro en el que hay escrito palabras entre las cuáles distinguimos "votos y Lázaro". Lázaro es un personaje bíblico al que Jesús resucitó, lo que hace referencia a la inclusión de difuntos en el censo electoral.. Por tanto podemos llegar a la conclusión que este mensaje quiere transmitirnos la falsa de los votos que sufrió notablemente el pueblo español desde el s.XIX hasta hace unas décadas. Asombrosamente aún encontramos la práctica del caciquismo en algunos pueblos de España.



    El sistema de la Restauración

    El sistema político de la Restauración.

    Consultar el siguiente enlace.

    Enlace: 

     Grabado de la época que representa al gobierno de Cánovas de la Restauración. Lo reseñable del sistema Canovista es que prescindió de los generales. Don Antonio encontró la fórmula para apartarlos de las tentaciones del poder. Serrano fue el último de ellos que gobernó, primero como regente hasta la llegada de Amadeo I, y en 1874, como Presidente del poder ejecutivo para que disolviera las Cortes republicanas mientras Cánovas preparaba la restauración.


    El rey Alfonso XII. La historia ha tratado a este rey con benevolencia, primero porque murió de tuberculosis a los 27 años y segundo, porque junto con Amadeo de Saboya fue el único rey liberal que tuvo España. Las leyendas populares dignificaron la vida privada de Alfonso XII, con la muerte por tifus de su primera esposa, su prima hermana María de las Mercedes de Orléans , hija de María Luisa Fernanda (hermana de Isabel II) y del Conde de Montpensier, uno de los participantes en la conspiración que acabó con Prim en la calle del Turco.Como no tenía descendencia, se le buscó una esposa, que fue María Cristina de Habsburgo-Lorena, y con quien tendría un hijo póstumo. María Cristina (no confundir con la otra regente, María Cristina de Borbón-Parma, madre de Isabel II) fue regente mientras la minoría de edad de Alfonso XIII. A la muerte de Alfonso XII, Cánovas temió lo peor, temió que los enemigos naturales del sistema, el carlismo y el republicanismo podrían el peligro todo el entramado político del canovismo. Pero no fue así, los enemigos del turnismo, eran nuevos, y aparecieron con fuerza tras el desastre del 98: los partidos proletarios y los nacionalismos.


    Estupenda litografía (Biblioteca Nacional de Paris) que rememora la entrada de Alfonso XII en Madrid el 15 de enero de 1875. A destacar el entusiasmo y por lo que respecta a los militares, oficiales con botas y zapatos, soldados con alpargatas. Que no es que las alpargatas fueran mal calzado en la España seca, es el detalle...




    El sistema canovista consistía en la alternancia pactada en el gobierno, del Partido Conservador de Cánovas (heredero del Partido Moderado, pero al gusto de Cánovas) y del Partido Liberal de Sagasta (antiguo Partido Progresista). Ambos caciques basaban su gobierno en el fraude electoral de elecciones censitarias de una pequeña minoría de españoles. Para este engendro, las Cortes constituyentes se dotaron de una nueva Constitución en 1876, que era heredera de la de la Constitución de 1845 de carácter conservador. La nueva Constitución proclamaba la soberanía compartida del Rey y de las Cortes. Había dos cámaras, el Senado, formado por las oligarquías de "derecho propio", de corte vitalicio, y el Congreso elegido por sufragio, del modo antes citado. En cualquier caso, y para mayor seguridad, el  Ejecutivo tenía derecho de veto absoluto sobre cualquier ley aprobada por las Cortes. Se aprobó una Ley Electoral que establecía el voto censitario (limitado a los que superaran determinados ingresos abalados por la Contribución Territorial). Presionado por sus bases y en el turno de Sagasta de 1890, se promulgo la Ley Electoral que restablecía el Sufragio Universal de la Constitución de 1869.  De 800.000 electores se pasó a casi cinco millones, el 30% de la población. Cánovas aceptó el Sufragio Universal (del que era enemigo declarado) porque sabía que sería una farsa, y los liberales, activos participes de aquel trágala, esperaban que con el tiempo la representatividad arraigaría en la sociedad española, pero sin prisas. Los liberales de Sagasta, hablaban como radicales pero se comportaban como moderados. ¿Les suena? El sistema, como diría un castizo, no se cortaba un pelín, y era de dominio público cómo se adjudicaban los escaños antes de las propias elecciones. Los delegados provinciales de estos dos partidos, los que se encargaban de cocinar esta martingala, se llamaban "caciques", de la palabra caribeña para designar al jefe.  La imagen, un satírico de la revista La Flaca, nos muestra a Sagasta llevado en procesión, sobre la Ley del Embudo, y protegido por la Guardia Civil y las partidas de la Porra. A su trasera, la repanocha.

    Esquema tema 8: La Dictadura dePrimo de Rivera


    Exposición Internacional de Barcelona 1929, Llegada de SS. AA. RR.



    Composición nº 8 La Dictadura de Primo de Rivera. 1923-1930.


    1. INTRODUCCIÓN.
      * El Regeneracionismo Político.
      * Principales acontecimientos históricos en el período comprendido entre 1898 y 1923:
      a) La Semana Trágica de Barcelona (1909) Problema del Ejército y los nacionalismos, problema del republicanismo y el movimiento obrero, el problema de Marruecos.
      b) Repercusiones de la I Guerra Mundial en España y la crisis de 1917.
      c) La Guerra de Marruecos, el Desastre de Annual y el Expediente Picasso.

      * Causas de la Dictadura de Primo de Rivera
      . Internacionales
      . Nacionales

    2. DESARROLLO.
      * Carácter y apoyos de la Dictadura. Manifiesto “Al País y al Ejército españoles”
      * Fases de la Dictadura:
      . El Directorio Militar (1923-1925)
      . El Directorio Civil (1925-1930)
      * Problemas que tiene que afrontar la Dictadura y soluciones adoptadas:
      1. El problema de orden público
      2. El problema de los nacionalismos
      3. El problema de Marruecos
      4. El problema de la conflictividad social y el diseño de la política social (Modelo del Fascismo italiano)
      5. Política económica. Obras públicas, monopolios...
      * La oposición a la Dictadura : Republicanos, intelectuales, estudiantes, nacionalistas, sindicatos...
      * La Dictablanda y convocatoria de elecciones para el 12 de Abril de 1931.

    3. CONCLUSIONES
    4. 1. La primera conclusión es de orden económico, fruto de una coyuntura favorable, la Dictadura de Primo de Rivera llevó a cabo multitud de proyectos que mejoraron las infraestructuras del país: Confederaciones Hidrográficas, fundación de grandes empresas estatales como CAMPSA, Telefónica, Banco Exterior de España, Red de Paradores Nacionales… Hasta que la crisis de 1929 vino a poner fin a este período de bonanza económica. 2. El fin del conflicto marroquí fue uno de los logros más apreciados en su época por los españoles. 3. Controló la Guerra Social, sobre todo en Cataluña, con la represión del anarquismo, aunque fue incapaz de consolidar un sistema político estable, propiciando su propia descomposición. 4. Llama la atención la colaboración del PSOE y la UGT con el sistema y su participación en los Comités Paritarios, lo que benefició enormemente al sindicato socialista y les sirvió para multiplicar sus afiliados. 5. Su régimen constituirá un referente en numerosos aspectos para la dictadura franquista, una vez finalizada la Guerra Civil, convirtiéndose en modelo de régimen autoritario, aunque, según los críticos, no pueda ser considerado fascista. 6. Desde el punto de vista cultural, a pesar de la represión en algunos aspectos muy concretos (nacionalismo catalán, enfrentamiento directo con algunos intelectuales, como Miguel de Unamuno), durante el período de la Dictadura de Primo de Rivera, se inicia la actividad de numerosos científicos, escritores y artistas de renombre universal, como los pertenecientes a la “Generación del 27”.
    Documentos:

    Interesante enlace de imágenes de la Dictadura de Primo de Rivera:
    http://www.vadehistoria.com/marruecos/war42.htm



    Primo de Rivera con el Directorio Militar (1923)
    El 23 de octubre de 1929 con motivo de la celebración de al Exposición Internacional, llega al cielo de Barcelona el dirigible Graf Zeppelin (Graf = Conde). Es el objeto volador más grande hasta entonces, con 200 metros de longitud y más de 150.000 m3 de volumen. Los 2.500 caballos de sus motores permiten alcanzar una velocidad de crucero de casi 100 km/h transportando en su pequeño hotel volador de superlujo 22 viajeros y 44 tripulantes.





    La dictadura de Primo de Rivera. Textos

    MANIFIESTO A LA NACIÓN
    Al país y el ejército.
    Españoles: Ha llegado para nosotros el momento más temido que esperado (porque hubiéramos querido vivir siempre en la legalidad y que ella rigiera sin interrupción la vida española) de recoger las ansias, de atender el clamoroso requerimiento de cuantos amando la patria no ven para ella otra salvación que libertarla de los profesionales de la política, de los hombres que por una u otra razón nos ofrecen un cuadro de desdichas e inmoralidades que empezaron el año 98 y amenazan a España con un próximo fin trágico y deshonroso.
    La tupida red de la política de concupiscencias ha cogido en sus mallas, secuestrándola, hasta la voluntad real. Con frecuencia parecen pedir que gobiernen los que ellos dicen no dejan gobernar, aludiendo a los que han sido su único, aunque débil, freno, y llevaron a las leyes y costumbres la época ética sana, este tenue tinte de moral y equidad que aún tiene, pero en realidad se avienen fáciles y contentos al turno y al reparto, y entre ellos mismos designan la sucesión.
    Pues bien, ahora vamos a recabar todas las responsabilidades y a gobernar nosotros u hombres civiles que representen nuestra moral y doctrina. Basta ya de rebeldías mansas, que sin poner remedio a nada, dañan tanto y más a la disciplina que está recia y viril a que nos lanzamos por España y por el rey.
    Este movimiento es de hombres; el que no sienta la masculinidad completamente caracterizada, que espere en un rincón, sin perturbar los días buenos que para la patria preparamos. Españoles: ¡Viva España y viva el rey!
    No tenemos que justificar nuestro acto, que el pueblo sano demanda e impone. Asesinatos de prelados, exgobernadores (…). Rastreras intrigas políticas, tomando como pretexto la tragedia de Marruecos; incertidumbre ante este gravísimo problema nacional, indisciplina social (…), impune propaganda comunista (…).
    La Vanguardia, 13 de septiembre de 1923



      “Excmo. Sr. En uso de las facultades que me confiere el Real Decreto de esta fecha.
      Vengo en disponer lo siguiente:
      Art. 1.° Se suspenden temporalmente en todas las provincias del Reino las garantías expresadas en los artículos 4.°, 5.°, 6.° y 9.° y párrafo primero, segundo y tercero del artículo 13 de la Constitución.
      Art. 2.° Se confirma el estado de guerra declarado por los capitanes generales de las regiones de Baleares y Canarias, cesando desde luego en sus funciones los gobernadores civiles de todas las provincias (…).
      Art. 3.° Lo sueldos consignados en los presupuestos para los gobernadores civiles quedarán en beneficio del Tesoro (…).
      Dios guarde a Vuecencia muchos años. Madrid, 15 de septiembre de 1923.
      El Presidente del Directorio Militar, Miguel Primo de Rivera y Orbaneja. Señor”.

      Gaceta de Madrid, 17 de septiembre de 1923.





      El desembarco de Alhucemas en 1925 El desambarco de Alhucemas
      CARTILLA DE LA UNIÓN PATRIÓTICA
      Decidme:
      Qué es la UNIÓN PATRIÓTICA?
      La UNIÓN PATRIÓTICA es una Agrupación de españoles que procuran distinguirse en el cumplimiento
      de sus deberes.
      (...) ¿Cuáles son los deberes patrióticos?
      El conocimiento y la divulgación de las glorias y del valor histórico de España./ La defensa de su unidad
      nacional./ El sacrificio personal para defender la Patria contra sus enemigos exteriores e interiores.
      (...) ¿Cuál es el origen de la UNIÓN PATRIÓTICA?
      La santa rebeldía del alzamiento militar que, bajo las órdenes del general Primo de Rivera, salvó a
      España de su inmediata ruina.
      Es la UNIÓN PATRIÓTICA un partido político?
      No es un partido político; es una organización ciudadana...
      Unión Patriótica, Madrid nº 38, 1-4-1928
      Enlace:http://geohistoria-gema.blogspot.com/2011/02/la-dictadura-de-primo-de-rivera-textos.html


      Alfonso XIII con el Directorio Civil (1925)












      Tema 4: Proceso de desamortización y cambios agrarios. Apuntes.

      TEMA 2: Proceso de desamortización y cambios agrarios.




      0.- Definición de Desamortización

      LO QUE OPINAN LOS HISTORIADORES SOBRE LA DESAMORTIZACIÓN.

      El problema había sido ya planteado, en el orden teórico y en el orden práctico..., por la política de regeneración económica del siglo XVIII... Los vínculos y mayorazgos se oponían a la circulación de la propiedad; las riquezas de las llamadas "manos muertas" restringían las posibilidades de la propiedad privada y situaban una gran masa de bienes innumerables fuera del mercado" (SÁNCHEZ AGESTA)

      Durante la guerra carlista, y gracias a ésta, los generales ocupados en ella y a la insensata actitud de la Iglesia que se opuso del lado de don Carlos, Mendizábal pudo poner en marcha la desamortización a partir de 1836... La desamortización proporcionó la base socioeconómica que hizo posible la estabilización del régimen constitucional... (López Aranguren)

      En apariencia, la desamortización de manos muertas fue uno de los grandes fenómenos del siglo. Pero la discontinuidad de la política (leyes de 1821, 1835, 1854, suspendidas, respectivamente, en 1823, 1845, 1856), la pobreza de los campesinos y las costumbres españolas hicieron que la operación no diese por resultado ni la constitución de grandes dominios bien explotados, ni de una clase labradora satisfecha...La estructura agraria permaneció inmutable...  (Pierre Vilar, historiador)


      DEFINICIONES:

      Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe:

      Desamortización


      1. f. Acción jurídica que hace posible la venta de bienes pertenecientes a manos muertas o entidades que no los pueden vender como iglesia, corona, nobleza, etc.:

      Progresismo


      2. m. Doctrina o ideas de carácter avanzado e innovador.

      1. Corriente o partido político que defiende estas ideas:

      la desamortización fue una de las reformas del progresismo del siglo XIX.
      Según la REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, en el DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA - Vigésima segunda edición
      Desamortizar.(De des- y amortizar). significa:

      1. tr. Dejar libres los bienes amortizados.


      2. tr. Poner en estado de venta los bienes de manos muertas, mediante disposiciones legales.


      La desamortización fue un largo proceso histórico, económico y social iniciado en España a finales del siglo XVIII por Godoy (1798) y cerrado ya muy entrado el siglo XX (16 de diciembre de 1924). En otros países sucedió un fenómeno de características más o menos similares. Consistió en poner en el mercado, mediante una subasta pública, las tierras y bienes no productivos en poder de las llamadas «manos muertas», casi siempre la Iglesia Católica o las órdenes religiosas y territorios nobiliarios, que los habían acumulado como habituales beneficiarias de donaciones, testamentos y abintestatos. Su finalidad fue acrecentar la riqueza nacional y crear una burguesía y clase media de labradores propietarios. Además, el estado obtenía unos ingresos extraordinarios con los que se pretendían amortizar los títulos de deuda pública. La desamortización se convirtió en la principal arma política con que los liberales modificaron el régimen de la propiedad del Antiguo Régimen, para implantar el nuevo Estado burgués durante la primera mitad del siglo XIX.

      Concepto


      Toda desamortización es un intento de sanear la Hacienda. Para que haya un Estado fuerte debe haber una Hacienda saneada, y para que haya una Hacienda saneada es necesario que los contribuyentes puedan pagar sus impuestos. Es el principio liberal de que la suma de las riquezas particulares es la riqueza de toda la nación (Adam Smith). Durante la Ilustración se tomaron varias medidas para intentar enriquecer la nación por medio del fomento del comercio y de la industria. Estas medidas fallan por no haber consumidores posibles: la inmensa mayoría de tales consumidores serían los campesinos que están sometidos a una economía de subsistencia. La tierra es, pues, el factor desencadenante. Los labradores no pueden contribuir a Hacienda por esta economía de subsistencia en la que viven a la que se añade una doble fiscalidad: la que les impone la Iglesia, por una parte, y la que les imponen los señores feudales o el Estado, por otro. Si le añadimos a esto los grandes gastos a los que deben hacer frente (herramientas y materiales cada equis tiempo y semillas y abonos de forma anual), entenderemos que no tiene ningún sentido pretender que sean consumidores de los bienes que esa industria posible pudiera ofrecerles. Para que puedan entrar en la economía nacional, los labradores deben convertirse en empresarios; en consecuencia, el Estado debe, en primer lugar, quitar los obstáculos de todo tipo con que cuentan para ello y, en segundo lugar, convertirlos en propietarios de sus propias tierras. En el siglo XVIII, un enorme porcentaje de las tierras de España era o bien improductivo (es decir, no cultivable) o bien de bajo rendimiento: pastos, cotos de caza, tierras abandonadas...
      En 1766 se abre un expediente para intentar obtener datos que permitan elaborar una Ley agraria. El resultado hacía evidente la necesidad de un cambio en la propiedad de las tierras que entonces se hallaban en poder de las llamadas "manos muertas". Las manos muertas eran los bienes de la Iglesia Católica y de las Órdenes Religiosas que estaban bajo la protección de la Monarquía Hispánica. Ni obispos, abades y priores los podían enajenar. Las autoridades eclesiásticas que lo hiciesen podían ser suspendidas a divinis e incluso excomulgados. Además el que adquiriese dichos bienes los perdía; sólo podría proceder legalmente contra la persona que se los había vendido, nunca contra la Iglesia.
      La Iglesia llegó a acumular, como consecuencia de donaciones o compras, una inmensa cantidad de propiedades territoriales y urbanas que la convirtieron, en la Edad Media y el Antiguo Régimen, en la mayor propietaria. La Reforma protestante supuso la desaparición de las órdenes religiosas y una profunda reforma del clero secular en la Europa del Norte (Inglaterra, países nórdicos, norte de Alemania), lo que supuso el fin de la situación de manos muertas y la llegada al mercado libre de esas tierras y bienes, lo que fue esencial en la formación del capitalismo. Mientras tanto, la Europa meridional (Francia, Portugal, España, Italia) se caracterizó por la continuación e intensificación de la presencia institucional, social y económica de la Iglesia Católica.
      Desde el siglo XVIII, la acentuación del regalismo vinculado a la monarquía absoluta y la crítica ilustrada, sobre todo cuando actúan conjuntamente (despotismo ilustrado) comenzaron intentos de desamortización, que a veces se quedaron sólo en proyectos o ejecutados en corta medida, concedidos por el Papa y el clero local como una contribución al mantenimiento de una monarquía en situación financiera precaria (Tratado de la regalía de amortización y la llamada desamortización de Carlos IV, en España). No será hasta la Revolución liberal que el programa desamortizador se cumpla en toda su extensión, como ocurrió durante la Revolución Francesa (1789) o en España durante  el gobierno de Mendizábal (1835).
      Estas son tierras en poder de una serie de instituciones (señoríos, Iglesia, Ayuntamientos, el propio Estado) que no pueden venderlas por estar vinculadas a ellas. Estas tierras ni son cultivadas ni pagan impuestos de ningún tipo, por lo que no generan riqueza alguna. La solución era evidente: era necesario que el Estado se apropiara de estas tierras y las pusiera a la venta libre a través de la subasta al mejor postor.
      Las desamortizaciones son procesos políticos y económicos de larga duración en España (1766.1924), en el cual la acción estatal convirtió en bienes nacionales las propiedades y derechos que hasta entonces habían constituido el patrimonio amortizado (sustraído al mercado libre) de diversas entidades civiles y eclesiásticas para enajenarlos inmediatamente en favor de ciudadanos individuales. Las medidas estatales afectaron a las propiedades plenas (fincas rústicas y urbanas), a los derechos censales, y al patrimonio artístico y cultural de las instituciones afectadas.

      Con las desamortizaciones se pretendió la formación de una propiedad (propiedad privada capitalista) coherente con el sistema liberal, es decir, la instauración de la propiedad libre, plena e individual (Constitución de 1812) que permitiera maximizar los rendimientos y el desarrollo del capitalismo en el campo. La entrada de esta masa de bienes en el mercado se efectuó, en general, a través de dos procedimientos: la subasta al mejor postor como fórmula preferente y más extendida en el caso de propiedades plenas, y la redención por el censatario cuando se trataba de derechos.

      I.-Introducción

      En España durante el siglo XIX la agricultura fue la actividad económica más importante. Más de la mitad de la renta nacional procedía del sector agrícola y ganadero, que ocupaba también un lugar destacado en el comercio de exportación.


      Tres notas caracterizan la agricultura española en este siglo:


      • Una ancestral tecnología.


      • Un escaso espíritu innovador.


      • Una tradicional estructura de la propiedad.

      España seguía aferrada al arado romano y al cultivo de año y vez; este estancamiento agrario explica claramente el retraso de la modernización económica del país.
      Por otro lado, España venía sufriendo, desde hacia ya mucho tiempo, una desigual distribución de las tierras. Un pequeño número de familias de la aristocracia y entidades eclesiásticas poseían grandes latifundios en la mitad sur de la Península; mientras grandes extensiones de tierras, propiedad de la Iglesia o de la Corona, permanecían incultas por falta de capital o iniciativa empresarial, un número muy elevado de braceros y jornaleros aspiraba a un trozo de tierra propia y sufría todo el rigor de las calamidades del campo. La preocupación por mejorar la agricultura y remediar las circunstancias del campesinado se pusieron de manifiesto desde el siglo XVIII.

      Antecedentes

      Las desamortizaciones dieron un giro diferente a la tendencia poblacional y constituyen un hecho fundamental a la hora de analizar la historia reciente.
      A principios del S.XIX, España estaba sumida en una grave crisis provocada por las perdidas de los mercados coloniales, el agravamiento de la crisis financiera y económica después de la Guerra de Independencia y la actividad reivindicativa llevada a cabo por los campesinos. Ante esta situación no quedaba otro remedio que hacer una serie de reformas y tomar una determinada actitud ante varios aspectos, que provocaran el cambio. La mayoría de los políticos y economistas se mostraban partidarios de una política de crecimiento económico, teniendo como motor de este crecimiento un incremento de la producción agrícola que permitiera mover el comercio y la industria.
      Para llevar a cabo el incremento de la producción agraria, se optó por una serie de reformas entre las que estaba el aumentar las tierras cultivables además de una intensificación de su cultivo.
      El aumento de la extensión de las tierras cultivadas comprendía no solo la puesta en cultivo de nuevos terrenos, sino la privatización de un conjunto de bienes pertenecientes a instituciones políticas o corporaciones religiosas. Esta transferencia de tierras a manos privadas se puso en práctica por medio de las desamortizaciones.
      La desamortización esta compuesta de la supresión de los derechos jurisdiccionales y señoriales, y la desvinculación (la supresión de las limitaciones jurídicas a la libre disposición de sobre los bienes, en especial de la nobleza).
      En la historia de España ha habido diversos proyectos e intentos de desamortización, así como dos grandes desamortizaciones. Todo este proceso se puede dividir en dos etapas, la no vinculada a la reforma agraria y la que si esta vinculada a ella; y cada una de estas etapas esta dividida en dos fases, que a continuación explicaremos:
      1. Proceso no vinculado a la reforma agraria.


      *Primera fase:
      -Legislación desamortizadora de Carlos III (1767.1770)
      Aunque este gobierno se incluye en la época de las Monarquías Absolutas, era totalmente reformista (Despotismo Ilustrado), lo cual le opuso a la alta nobleza y al clero, que veían en él un obstáculo a sus intereses. Todo esto hizo que todos los proyectos no llegaran a tener la repercusión que se deseaba por el miedo a poner en su contra a los más poderosos del país.
      Esta legislación solo concierne a los bienes municipales y tiene su raíz en la crisis agraria y en los motines de 1766. Aranda mandaba que los baldíos y las tierras labrantías propias de los pueblos de Extremadura se dividiesen en arrendamiento entre los vecinos más necesitados, atendiendo en primer lugar a los braceros y a los jornaleros. Esta medida se extendió a todo el reino en 1767. Su principal beneficio era común, el fomento de la agricultura y el facilitar a los braceros un terreno propio que cultivar. Pero la vigencia de estas reales provisiones duró poco, fueron derogadas en 1770 y las tierras que quedaban por repartir se decidió que se entregasen, en primer lugar a los labradores de una, dos y tres yuntas y en segundo lugar a los braceros y jornaleros. Con estas modificaciones se abandonaba la finalidad primitiva de las reales provisiones y su preocupación por una reforma social agraria.
      - Campomanes (Ministro de Carlos III)
      Desde sus puestos en el gobierno del país impulsó reformas económicas profundas: liberalizó el comercio de granos, fomentó la pequeña propiedad agrícola, suprimió los privilegios de la Mesta, impulsó la introducción de mejoras técnicas en la agricultura y la educación de los campesinos. Se manifestó a favor de una industrialización impulsada por la iniciativa privada libre de las reglamentaciones gremiales.
      Creó por todo el país una red de Sociedades Económicas para fomentar la formación y la iniciativa empresarial.
      - Jovellanos (principal figura de la Ilustración en España)
      Informe en el Expediente de Ley Agraria (1795)
      El informe es la culminación de las ideas agrarias de la Ilustración.

      * Leyes desamortizadores de Carlos IV (1798)

      Ante la crisis fiscal progresiva, Godoy se vio obligado a arbitrar medidas buscando una solución. En 1798 mandó que se enajenasen a beneficio de la Real Hacienda de los bienes pertenecientes a hospitales, hospicios, casas de misericordia, de reclusión, de expósitos, cofradías y patronatos de legos. Se iniciaba así la desamortización tal como seguirá realizándose en el siglo XIX, es decir, mediante la apropiación por parte del Estado, y por decisión unilateral de este, de bienes inmuebles pertenecientes a manos muertas, venta de los mismos y asignación del importe obtenido con las ventas a la amortización de los títulos de la deuda.
      Godoy
      Fue a partir de 1795, con Godoy, cuando la política belicista del gobierno y el consiguiente crecimiento brutal de la deuda pública obligaron al ministro a iniciar la desamortización. En 1798 el gobierno declaró en venta, como ya vimos, los bienes de una serie de institutos eclesiásticos, y destinó los fondos obtenidos a amortizar la deuda e indemnizar a la Iglesia con el 3% anual del producto de las ventas. Entre 1798 y 1805 se vendieron tierras por valor de 1.600 millones de reales, en total la sexta parte del patrimonio de la Iglesia, pero en vez de destinar el dinero a su fin inicial, se gastó en nuevas campañas militares. El resultado es que en 1808 la deuda ascendía a 7.000 millones, mientras que se había eliminado la asistencia social a enfermos, ancianos y marginados sociales, asistencia que la Iglesia financiaba con las rentas de esas tierras y que el Estado no cubría, lo que condenó a esos colectivos a la miseria.

      Segunda fase:
      * José Bonaparte y Cortes de Cádiz
      Desamortización eclesiástica:
      En 1811, durante el reinado de José I Bonaparte, se planteó en las Cortes de Cádiz el problema de la deuda pública. Una de las soluciones que se propusieron fue la de declarar la bancarrota. Pero unos grupos de diputados se opusieron a ello, consiguiendo mediante un decreto en 1813 que se ratificara el reconocimiento de la deuda que se pagaría con cargo a las rentas de tierras afectadas para tal fin: las de los jesuitas, las pertenecientes a las órdenes militares, conventos y monasterios suprimidos o destruidos durante la guerra; las de la recién abolida inquisición... y la mitad de los baldíos y realengos. Las fincas se cederían en pública subasta. Este decreto constituye la primera norma legal general desamortizadora del siglo XIX, pero apenas pudo aplicarse debido al inminente retorno de Fernando VII.

      Durante el trienio liberal, de 1820 a 1823, se restableció la legislación desamortizadora de las Cortes de Cádiz. Por decreto de 1820 se suprimían todos los monasterios de las órdenes monacales. Con este decreto, uno de las más radicales en este sentido, la desamortización eclesiástica ya no se reduce a medidas parciales, sino que se acomete de forma decidida.

      Fernando VII. Trienio liberal
      En el Trienio volvieron a entrar en vigor las decisiones de las Cortes de Cádiz: se aprobó el Decreto de supresión de monacales de octubre de 1820 y se emprendió la desamortización de bienes de propios y baldíos.
      Una buena parte de los bienes de los conventos fue vendida, principalmente, a inversores burgueses. Pero en 1823 retornó el régimen absolutista, y Fernando VII obligó a restituir los bienes vendidos, lo que provocó la indignación de los compradores, que desde entonces pasaron a apoyar al liberalismo y a enfrentarse al Rey.

      2. Proceso vinculado a la reforma agraria

      Concepto de reforma agraria:

      Proyecto político a gran escala cuyo objetivo es un cambio rápido y radical del régimen de propiedad y explotación de la tierra. Bajo esta denominación se encuentran múltiples procesos que deben ser contextualizados en relación a tres cuestiones clave: el alcance, las indemnizaciones y la organización. La reforma puede afectar a todo un país o a parte del mismo, orientarse a grandes parcelas y latifundios o incluir también medianas propiedades, o estar limitada a criterios de rendimiento. Deberá producir, en todo caso, una transformación profunda de la estructura de propiedad y explotación. Las tierras pueden ser confiscadas (en las economías socialistas) o expropiadas con indemnización. Si se indemniza, puede emplearse el valor fiscalmente declarado de la propiedad (Italia, 1951) o condicionar el pago a la reinversión en la industria (Perú, 1969). La organización de los beneficiarios, en cuanto al tamaño de las nuevas explotaciones y su capitalización, es la clave final del éxito en términos de incremento de la renta familiar disponible.
      Este proceso se desarrolla en España durante el siglo XIX en dos fases: La Desamortización Eclesiástica o   de Mendizábal  y la Desamortización Civil o de Madoz

      II.- Desarrollo del tema.

      Primera fase:

      *Desamortización Eclesiática de Juan Álvarez de Mendizábal


      A partir de 1833 el proceso de desamortización se precipitó por varias causas. En primer lugar, la I Guerra Carlista obligaba al Estado a obtener recursos, en un momento en que las arcas estaban vacías y el crédito exterior se había hundido. En segundo lugar, se difundió en el país un clima anticlerical, a causa del apoyo del clero al bando carlista: los asaltos a conventos, los incendios, profanaciones y matanzas fueron frecuentes en los años 1834 a 1836. El Cura y el fraile reaccionario se convirtieron en los chivos expiatorios de las protestas populares provocadas por la escasez, debida a la guerra, y por las epidemias. En tercer lugar, los antiguos compradores de bienes desamortizados en el Trienio, expropiados en 1823, presionaban al gobierno para que les devolviera sus bienes. Hombres ricos, formaban un grupo poderoso e influyente, esencial para el bando cristino. Por eso no es extraño que los gobiernos liberales fueran poco a poco avanzando hacia la desamortización: confiscación de bienes de los conventos destruidos (1834), reintegro de sus bienes a los compradores del Trienio (1835) y decreto de exclaustración general (1836), que no hizo sino legalizar lo que ya se había producido: el abandono masivo de los conventos, ante el miedo de los frailes a los asaltos populares. El resultado es que sólo subsistieron 300 de los 2.000 conventos existentes.

      En esta situación se publicó la primera de las dos grandes leyes de desamortización de la revolución liberal, la de Mendizábal, la desamortización del clero: en febrero de 1836 se declaraban en venta todos los bienes pertenecientes al clero regular, y se destinaban los fondos obtenidos a la amortización de la deuda pública. El Decreto formaba parte de un programa que perseguía ganar la guerra allegando fondos y tropas, restaurar la confianza en el crédito del Estado y, a largo plazo, permitir una reforma de la Hacienda.

      Mendizábal, en el preámbulo, exponía otros objetivos básicos de la desamortización: sanear la Hacienda reduciendo la deuda, conseguir el acceso a la propiedad de sectores burgueses, que mejorarían la producción y la revalorizarían, y crear un sector social de nuevos propietarios vinculados al régimen y al bando cristino.

      Aunque el gobierno cayó en mayo, en octubre Mendizábal se convirtió en ministro de Hacienda bajo el gobierno progresista de Calatrava. Y a partir de ahí las subastas se reanudaron. En 1838 se aceleraron, y sobre todo desde 1840, cuando la victoria cristina hizo irreversibles las ventas. Además, desde agosto de 1841, bajo la regencia de Espartero, se desamortizaron también los bienes del clero secular. Fue finalmente con la vuelta de los moderados, en 1844, cuando se suspendieron las subastas, aunque el gobierno del general Narváez garantizó las ventas ya realizadas. En total, entre 1836 y 1844 se habían vendido propiedades por valor de 3.274 millones de reales, quedando aún por vender bienes expropiados por valor de 910 millones, de los que tres cuartas partes pertenecían al clero secular. Se había desamortizado el 62% de las propiedades de la Iglesia. Las fincas fueron tasadas por peritos de Hacienda y subastadas después, alcanzando una puja media del 220% sobre el precio de salida. Dado el distinto tamaño de los lotes, eran en teoría asequibles para grupos sociales de bajos ingresos, pero en la práctica los propietarios y los inversores burgueses acapararon las compras, puesto que eran los únicos que tenían liquidez, sabían pujar y podían controlar fácil-mente las subastas. Además, comprar era un excelente negocio: sólo se abonaba el 20% al contado, el resto se pagaba aplazado, y se admitían para el pago los títulos de deuda por su valor nominal. Como estaban muy desvalorizados en el mercado, adquirirlos en bolsa y pagar con ellos era una ganga para el comprador.

      Un proceso tan perjudicial para los intereses del Estado no era consecuencia de un error de cálculo. Mendizábal sabía que la admisión para el pago de títulos por su valor nominal produciría esa situación. Es cierto que podría haberse llevado adelante la desamortización con más rendimiento para el Estado, e incluso que podría haberse aprovechado para repartir la tierra entre los campesinos, iniciando así un proceso de reforma agraria. Así lo sugirió, en parte, el diputado Flórez Estrada en un artículo de prensa editado a los pocos días de publicarse el decreto. En él proponía que el Estado arrendara las tierras a los campesinos y dedicara la renta a pagar la Deuda, lo que garantizaría los pagos, satisfaría las peticiones campesinas y serviría para crear la masa adicta a Isabel II que propugnaba Mendizábal. Lo que ocurre es que el ministro no buscaba ni un reparto de las tierras ni una reforma agraria, sino beneficiar a quienes, como él mismo, pertenecían a la élite financiera y comercial. Y buscaban consolidar su prosperidad económica con la compra de bienes inmuebles. El resultado es que, sumando lo vendido en el Trienio y en el periodo 1836 - 1851 (año en que aún se cobraron plazos), el Estado recaudó unos 4.500 millones de reales, de los que sólo 500 lo fueron en dinero, cuando la deuda ascendía ya por entonces a unos 14.000 millones.

      Las consecuencias de la desamortización de Mendizábal fueron muy variadas.

      1. El desmantelamiento casi completo de la propiedad de la Iglesia y de sus fuentes de riqueza, toda vez que el diezmo, su otra alternativa, fue igualmente suprimido en 1837. Sólo en 1845 se establecería una Contribución de culto y clero. Para entonces la Iglesia había dejado de ser el estamento privilegiado, aunque conservaba su enorme influencia en las mentalidades y en la educación, que casi monopolizaba.

      2. La desamortización no resolvió el problema de la deuda, pero sí contribuyó a atenuarlo. Se consiguió rescatar 5.000 millones de reales de los 14.000 acumulados y se pusieron a tributar una enorme cantidad de propiedades que hasta entonces habían permanecido exentas, aumentando así los ingresos de la Hacienda.

      Sólo desde los años cincuenta, con la segunda desamortización y el desarrollo económico, se disminuiría de forma drástica la deuda del Estado, aunque siempre quedará una parte de ella consolidada hasta el siglo XX.

      3. La desamortización no produjo un aumento de la producción agraria, contra lo que pretendían sus promotores. Los nuevos propietarios, en general, no emprendieron mejoras, sino que se limitaron a seguir cobrando las rentas y las incrementaron, al sustituir el pago de los derechos señoriales y diezmos por nuevos contratos de arrendamiento. Además, las nuevas tierras que se pusieron en cultivo eran marginales, de baja calidad, por lo que la productividad media descendió. Muchos de los nuevos propietarios vivían en las ciudades, completamente ajenos a los problemas agrícolas.

      4. Hay que señalar que la desamortización trajo consigo un proceso de deforestación, pese a las prohibiciones del gobierno en ese sentido.

      5. La desamortización provocó un reforzamiento de la estructura de la propiedad de la tierra: acentuó el latifundismo en Andalucía y Extremadura y el minifundismo en el Norte. Las tierras y las fincas urbanas fueron a parar a los antiguos terratenientes locales, a nuevos inversores de la burguesía financiera, industrial o profesional (sobre todo abogados), a especuladores e intermediarios, que traficaron con las tierras o con los títulos de deuda que suministraban a los compradores. Unos y otros, amigos de políticos, caciques o viejos señores, constituirán la nueva élite terrateniente que detentará el poder durante el reinado de Isabel II ya sea en el partido moderado o en el progresista, y por tanto plenamente identificados con el régimen liberal, tal y como había previsto Mendizábal. Los que desde luego no compraron, en general, fueron los campesinos: o no recibían información de las subastas, o no sabían pujar, o no tenían dinero para hacerlo. Cuando lo intentaron se encontraron con lotes demasiado grandes, pujas muy altas o subastas amañadas por los potentados locales, frecuentemente en connivencia con quienes presidían las subastas.

      6. En las ciudades ocurrió lo mismo. Como la mayoría de los inmuebles estaba en el centro urbano, la desamortización contribuyó a un urbanismo discriminador. La alta burguesía acaparó los mejores edificios del centro, excluyendo a las clases medias, confinadas en las viejas viviendas, y dejando para los obreros los arrabales de la periferia.

      Mendizábal se convirtió desde 1836 hasta nuestros días en una de las bestias negras preferidas de la Iglesia. De hecho, todavía se justifica la aportación del Estado a la Iglesia en función de la desamortización de Mendizábal. El dibujo satírico representa a unos niños tirando del rabo del diablo. El diablo es Mendizábal, claro. La posdata decía: "¡Ah, muchachos, al hebreo! Tira del rabo, Juanillo, aprieta tú, Periquillo. Fuera, fuera el fariseo, que a los templos entró a saqueo".
      (La oposición a Mendizábal)
      Entre las raras voces de los sectores progresistas que se opusieron a Mendizábal destacó la de Flórez Estrada .En un articulo publicado en el Español, en febrero de 1836, se declaraba partidario de la desamortización, pero contrario al sistema propuesto por el ministro de Hacienda. Su preocupación reformista era fundamentalmente social. Admitía la desamortización para mejorar la condición de las clases rurales y estaba preocupado por favorecer al proletariado agrario.

      - Segunda fase:


      * Desamortización de Madoz.


      La firma en 1851 del concordato con la Santa Sede por el gobierno de Bravo Murillo significó simplemente un paréntesis del proceso de Desamortización.
      Aunque el período de Mendizábal se ha llevado toda la "fama", sin duda por las implicaciones anticlericales que supuso la aplicación de la política liberal, las investigaciones recientes cada vez reafirman la mayor importancia, que desde el punto de vista de ventas y de superficies enajenadas, alcanzó la desamortización llevada a cabo por Pascual Madoz.
      Durante el Bienio Progresista, con Espartero en el poder, el nuevo ministro de Hacienda propugnó una profunda y desconocida reforma calificada de desamortización "civil".
      La ley Madoz pretendía actuar sobre bienes municipales, tanto los terrenos de propios .que ayuntamientos y concejos cedían como parcelas a los vecinos por un determinado periodo, como comunales .aprovechados libremente por todo el pueblo.; por supuesto, sin olvidarse de continuar vendiendo, liquidando, los lotes eclesiásticos no enajenados durante la etapa anterior.
      Hablemos en primer lugar de los bienes municipales. Aunque algunos ayuntamientos mantuvieron indemnes sus bienes comunales, sí que es verdad que la mayoría de la tierra vendida procedía de los concejos. Las fincas concejiles se componían principalmente de montes y terrenos en ocasiones de buen tamaño, pero escabrosos, apenas susceptibles de aprovechamiento para ganadería extensiva.
      La venta de estos lotes no tuvo excesivo éxito económico. Los potenciales compradores, campesinos que vivían en los pueblos cercanos y que querían utilizarlas como pastizales, no veían aliciente en adquirir unas parcelas que ya disfrutaban tradicionalmente como bienes comunales. Por lo tanto, dado que se había implantado el pago al contado, los pocos interesados esperaban a las segundas subastas para adquirir a bajo precio.
      Respecto a las edificaciones, se vendieron tabernas concejiles, mesones (quizá no muy rentables), desde casas procedentes de distintas instituciones (beneficencia, estado, parroquias) hasta molinos.
      ¿Qué pasa mientras con las propiedades eclesiásticas?
      Similar cuestión se plantea con las propiedades del clero secular. Después del freno impuesto por los políticos moderados, si Mendizábal dictó la sentencia de muerte, Madoz se encargó de su ejecución. Se reinicia la venta de los restantes bienes parroquiales y de otras instituciones, "beneficios", inmuebles y multitud de parcelas.
      El tipo de terreno predominante son "tierras" y "prados" (casi 2/3 del total de superficie) en su mayoría procedentes del sector eclesiástico; seguidos de los propios municipales. En segundo término figuran (cerca del 30%) los terrenos, dehesas y montes de menor calidad. Las fincas pertenecientes al Estado, Beneficencia o Instrucción Pública (escuelas) representaron cuotas mínimas.

      Consecuencias

      En la primera mitad del Siglo XIX se inicia el proceso desamortizador que, desde 1836 hasta finales del Siglo, va a contribuir a la reforma jurídica de la propiedad de la tierra.
      Con carácter general la desamortización resultó ser un eficaz instrumento jurídico, aprovechado y auspiciado por la burguesía, en cuanto nueva clase social emergente, y por los terratenientes del antiguo régimen, para reformar la estructura de la propiedad de la tierra. La venta en pública subasta de los bienes (fundamentalmente rústicos) de la Iglesia, Estado, Nobleza... "manos muertas" en definitiva, a partir de 1.836, contribuyó a la concentración de la propiedad, a pesar de las intenciones expresadas en el texto del Decreto por el que se inicia la desamortización de los bienes eclesiásticos, pretendiéndose que tanto los grandes como pequeños propietarios, así como los "labradores aplicados" y "jornaleros con alguna esperanza o con la protección de algún ser benéfico", pudieran tener acceso a la compra de las tierras. La realidad fue que quienes adquirieron las tierras en su inmensa mayoría fueron los grandes propietarios y personas que sin tener hasta ahora tierras poseían grandes cantidades de dinero que invirtieron en la compra de propiedades; muy poco adquirieron los labradores acomodados y nada los jornaleros.

      Otro aspecto a tener en cuenta en el proceso desamortizador, y que afectó considerablemente (en sentido negativo) a los pueblos, fue la inclusión de los "bienes de propios y comunales" de los municipios entre los susceptibles de desamortizar y por tanto vender, pues ello supuso la descapitalización de muchos municipios y la privación a muchos de sus vecinos de los "mínimos de subsistencia" que obtenían del aprovechamiento de los bienes comunales o del arriendo de los bienes de propios. Albino Feijoo Gómez, lo expresa claramente: "La desamortización de los bienes de propios fue llevada a cabo contra la voluntad de los pueblos. Los pueblos no deseaban la enajenación de sus bienes de propios y comunales, oponiéndose a ello desde el siglo XVIII con bastante éxito. El éxito en la defensa de sus propiedades se debió a varias causas, entre las que no hay que olvidar la imposibilidad del Estado de hacer frente a los gastos de obras públicas, salarios de empleados públicos, médicos, maestros y otros gastos municipales que recaían en las haciendas locales; y también por el apoyo que los mayores propietarios de cada pueblo ofrecían a los Ayuntamientos, ya que ellos eran los principales beneficiados de los montes y pastos del Común y del arrendamiento de sus propios. Sólo en 1.855, cuando se plantea una desamortización de propios sin atisbos de reparto social de la tierra, y claramente favorable a "los ricos", como había sido la desamortización de Mendizábal, el Gobierno triunfa sobre los pueblos”.


      III. Valoración de las desamortizaciones (Conclusión)

      La importancia de las medidas desamortizadoras es una cuestión discutida, no solo por el dinero que aportó al Estado, o por la superficie desamortizada, sino porque fue una medida que afectó a otros aspectos de la vida social y económica del país, como el derecho, la hacienda, la agricultura, las inversiones, las clases sociales, etc.
      La desamortización fue una gran oportunidad perdida para repartir la tierra a los campesinos y transformar las bases mismas de la agricultura española.
      La necesidad de obtener dinero planteó la desamortización de forma beneficiosa para quienes tenían medios para comprar, lo que significaba decretar el despojo de los campesinos, puesto que se enajenaba gran parte de sus tierras comunales.

      Clases sociales beneficiadas y perjudicadas
      El resultado no estuvo a la altura de las expectativas liberales.
      En palabras de Fernández de Pinedo, la desamortización significó "la entrada de la tierra en el circuito comercial", aunque ello no modificó la estructura de la propiedad ni produjo un mayor equilibrio social. Tampoco supuso una renovación sustancial de las explotaciones agrarias; se actuó, en ocasiones, con interés especulador y no se mejoró el rendimiento final de la tierra, al continuar con sus usos tradicionales. Pequeños propietarios rurales y una pujante burguesía mercantil o protoindustrial (sobre todo harinera), económicamente fuertes, se vieron beneficiadas ampliando sus fincas Por ello estos grupos se adhieren de alguna manera al movimiento liberal, propulsor de estas innovaciones, al prestar su apoyo político. En la desamortización de Madoz, se aprecia sin embargo, una mayor participación de labradores.

      Por defecto, la desamortización perjudicó las condiciones de vida de pequeños campesinos y ganaderos que perdieron sus derechos sobre las fincas comunales privatizadas. El clero, en el blanco de las reformas, se vio muy afectado en sus propiedades patrimoniales; los municipios sobrevivieron a la medida y las conservaron en gran parte. Por ello no es de extrañar que entre el clero y las capas sociales desfavorecidas anidase un sentimiento conservador de autoprotección, que se tradujo en el reiterado apoyo que prestaron al carlismo.
      No fue la medida más importante de la revolución liberal agraria, sino que fue tan importante como la desvinculación o la abolición del régimen señorial.
      El éxito o fracaso del proceso desamortizador sólo puede verificarse racionalmente si se contrastan los resultados obtenidos con los objetivos perseguidos:
      * El objetivo principal era transformar el régimen jurídico de la propiedad de la tierra, en dos sentidos: transferir la propiedad a nuevas manos libres, y acabar con la titularidad colectiva. La desamortización cubrió estos objetivos, aunque con matizaciones:
      - Una extensión del 20 - 25% de las tierras de España cambiaron la naturaleza de su propiedad, pasando de ser propiedad colectiva a ser propiedad privada (lo cual fue un éxito indudable). Así mismo, incrementó notablemente el número de propietarios. Las estimaciones de Fontana son de un incremento de un millón de nuevos propietarios (otro éxito indudable).
      - El número de jornaleros aumentó muy considerablemente, en 1,5 millones a mediados del S. XIX. En cuanto a los censatarios, su número también disminuyó mucho respecto al inicio del siglo. La razón en que muchos de estos arrendatarios (y censatarios) se hicieron propietarios, y otro mucho se hicieron jornaleros: Se acentuó la proletarización del campo.

      Los efectos de la desamortización fueron distintos por regiones. Evidentemente, dependían en primer lugar de la riqueza previa a desamortizar de cada región. Pero también del sistema previo de explotación. Por eso la desamortización fue muy importante en las dos Castillas, Extremadura y Andalucía occidental (favorece el desarrollo del latifundio), y tuvo escasos resultados en el Levante, Asturias, Galicia, Cantabria y País Vasco (desarrollo del minifundio).

      Tampoco fue completa la desamortización en el caso de los bienes municipales, continuando la titularidad colectiva en grandes extensiones de montes y otros terrenos catalogados "de aprovechamiento común" (según la Ley Madoz).

      En cuanto a otros objetivos de la desamortización:

      * Objetivo hacendístico o financiero: Las agobiantes necesidades financieras del Estado desde la época de Carlos III y Carlos IV les llevó a crear una masa considerable de Deuda Pública. Pero llegó un momento en que la corona fue incapaz de pagar incluso los intereses de la misma deuda, lo cual la desacreditaba como sistema de refinanciación futuro (nadie confiaba ya en la deuda pública de la corona).
      La desamortización (tanto eclesiástica como civil / municipal) fue utilizada para paliar estas enormes necesidades financieras, y sobre todo en la fase Mendizábal - Espartero pretendía disminuir el volumen de la deuda, dejándola en una cifra cuyos intereses pudiesen ser atendidos por el gobierno. El reproche más habitual a la desamortización es que fue una pésima operación financiera, "un inmenso latrocinio" en palabra de Menéndez Pelayo.
      Pero los estudios recientes subrayan que el propósito financiero fue cubierto. Al estudiar los precios de salida y remate, en la fase Mendizábal - Espartero, los precios de remate duplicaron a los precios de tasación. Si bien es cierto que no se logró acabar con el problema de la Deuda, Fontana y otros autores señalan que Mendizábal no pretendió terminar con la Deuda Pública, sino que expresamente habla de "minorarla".
      En la fase Madoz, el capital obtenido en las subastas no se destinó en tanta proporción a reducir la Deuda Pública, sino a equilibrar los presupuestos del Estado y a las subvenciones de las líneas de servicio general del ferrocarril.
      Además, de forma general hay otra aportación hacendística importante:
      Como resultado del cambio de propiedad de las tierras, ahora en propiedad particular, van a contribuir más a la Hacienda Pública. Al analizar la Contribución sobre bienes inmuebles, cultivo y ganadería (la principal herramienta fiscal del S. XIX), se comprueba que la contribución aumentó notablemente con la desamortización. Si esos bienes no incrementaron todavía más la contribución, la causa fue el clientelismo político.
      Ahora bien, una de las consecuencias más negativas de la desamortización, desde el punto de vista fiscal, fue la drástica disminución de ingresos de los ayuntamientos, que perdieron la propiedad y las rentas derivadas de los bienes de propios. Estos ingresos eran importantísimos para los ayuntamientos, y su pérdida dejó las arcas municipales y provinciales en una situación precaria. La consecuencia más grave de todo ello es que ni ayuntamientos ni diputaciones pudieron financiar las tareas que las leyes les asignaron: enseñanza primaria y beneficencia.
      En cuanto a la crítica de que las subastas supusieron la absorción de unos capitales que podían haberse destinado a otras inversiones alternativas, no parece cierto: En la fase Mendizábal - Espartero, y también con Madoz (desde 1856), los bienes subastados se pagaron en buena medida con títulos de Deuda Pública. En el primer caso, a su precio nominal, y con Madoz al precio de mercado de la Deuda del día anterior a la escrituración. Pero en cualquier caso, no afectaron a inversiones alternativas, ya que ese papel de Deuda Pública no valía nada si no era porque el Estado lo admitía como válido.

      * Objetivo de cambio de propietarios: Hay autores (Fontana) que dicen que la desamortización benefició sobre todo a la burguesía, y que se creó una nueva burguesía terrateniente, un latifundismo burgués.

      Esto es más bien un tópico, o quizás fuera cierto sólo en algunas zonas de Extremadura y Andalucía. Pero como dice G. Rueda, la estructura de la propiedad no cambió tanto con la desamortización, sino que se vino a insistir en la estructura ya existente: En regiones latifundistas, se incrementó el latifundio, y en regiones de pequeñas parcelas, no se hicieron latifundios, sino que aumentó la parcelación.

      * Objetivo social de redistribución de tierras: Aunque Mendizábal en su exposición de motivos planteaba este objetivo, que se cumpliría cuando incluso "jornaleros y artesanos" acudieran a las subastas, lo cierto es que sólo las gentes con dinero en efectivo o papel de la Deuda (los dos únicos medios de pago) pudieron hacerse con las propiedades sacadas al mercado.

      Los compradores fueron 3 grupos:

      a) Compradores de vecindad urbana, sobre todo residentes en Madrid, gracias al sistema de doble subasta: Comerciantes, fabricantes, hombres de negocio - especuladores de la reventa, los "profesionales de la subasta" según Zorrilla -, funcionarios y militares.
      b) Compradores de vecindad rural, sobre todo propietarios previos de tierras, o arrendatarios / censatarios. También las profesiones liberales de la España rural: funcionarios y militares.
      c) Otros compradores. Fueron un porcentaje menor de adquirentes. Fueron nobles, que acudieron con títulos de Deuda Pública con los que fueron indemnizados tras la abolición del régimen señorial, para recomponer sus patrimonios nobiliarios. También algunos burgueses enriquecidos, miembros del clero a título particular, y un sector del campesinado. Estos últimos tuvieron unas condiciones mucho más favorables con Madoz que con Mendizábal. Algunos campesinos, que ya tenían el dominio útil, compraba el dominio directo, con lo que adquiría la plena propiedad o propiedad perfecta, o asociarse varios campesinos para lograr alcanzar el precio de subasta de los bienes de propios o comunales de su pueblo.

      El coste social.
      Los grandes perjudicados de la desamortización fueron la Iglesia y los municipios. La Iglesia, además, vio suprimido el diezmo, lo que supuso un drástico recorte de sus rentas, y como consecuencia una reducción de su papel social.
      La educación y la beneficencia se secularizaron y se hicieron desde el Estado en el S. XIX. Sin embargo, la atención hospitalaria de las órdenes religiosas - las únicas permitidas en el Concordato - así como la enseñanza primaria y secundaria, siguieron en manos de la Iglesia. La razón es que las haciendas municipales no tenían la capacidad financiera necesaria para encargarse de beneficencia y educación (en buena medida por el recorte de ingresos fruto de la desamortización municipal)
      La Ley Moyano (Ley de educación de 857) así lo reconoce, ya que aunque instaura la obligatoriedad de la enseñanza primaria, también dice que al menos 1/3 de las escuelas deben ser públicas. Esto significa que 2/3 eran privadas, es decir, básicamente de la Iglesia.
      Los ayuntamientos fueron privados de los bienes de propios y comunes.
      La Ley Madoz sin embargo, decía que los "bienes comunales de uso común no serían expropiados, y así se salvaron algunas tierras". Pero estas tierras que continuaron amortizadas eran por lo general los bienes comunes, de uso compartido y gratuito. La mayor parte de los bienes de propios, que eran los que daban rentas a los ayuntamientos, sí fueron desamortizados.
      En cuanto al campesinado:
      La conclusión de Martínez Carrión en su obra sobre el nivel de vida en la España rural, es que el campesinado del 2º tercio del S. XIX sufrió un importante descenso del nivel de vida. Pero todavía más, disminuyó su calidad de vida, no sólo el nivel. Así por ejemplo, las tallas (altura) de la población muestran un descenso de estatura en esos años, señal de malnutrición.
      La reforma agraria liberal supuso algunas ventajas indudables para los campesinos: la abolición del diezmo y de los derechos señoriales y jurisdiccionales. También fue ventajosa para aquellos campesinos censatarios con ciertos recursos que pudieron acudir a las subastas y adquirir la plena propiedad. Y tanto los que continuaron como censatarios como los nuevos jornaleros empeoraron sus condiciones de vida con estas nuevas relaciones laborales, y la conflictividad social va aumentar.

      En 1857 en Utrera y el Arahal se produjeron los primeros movimientos campesinos de protesta, rápidamente sofocados por las fuerzas de seguridad.
      Sucesos de El Arahal
      Se conocen como sucesos de El Arahal o, en otros textos, sucesos de Utrera y El Arahal, a una insurrección armada de base principalmente campesina (aunque contó con elementos militares y artesanos) que afectó a varios municipios de la provincia de Sevilla en 1857, durante el reinado de Isabel II.
      - Evolución de los sucesos:
      El 1 de julio de 1857 algo más de un centenar de hombres tomaron las poblaciones de Utrera y El Arahal, atacando el cuartel de la Guardia Civil e incendiando el registro de la propiedad así como el intento de proclamación de la república al grito de "mueran los ricos". Dos días después, el 3 de julio, tropas de infantería y caballería del ejército se enfrentaron a los sublevados en la serranía de Ronda, provocando 25 muertos entre los rebeldes y capturándose a 24 hombres. El resto de insurrectos se dispersaron, siendo capturados los últimos cabecillas en Utrera el día 5 de julio.
      El 12 de julio, tras un juicio militar, los principales cabecillas de la revuelta y 32 alzados más fueron fusilados en Sevilla y Utrera, si bien algunas fuentes afirman que la cifra de condenados fue de 150.
      - Carácter de la revuelta:
      Pese a ser una revuelta protagonizada esencialmente por campesinos también intervinieron republicanos y organizaciones secretas masónicas.
      Esto se encuadra en un contexto de fuerte agitación social en el campo andaluz ante la creciente desigualdad social y, por otro lado, de importantes acciones por parte de los seguidores del Partido Republicano que buscaban la abolición de la monarquía española.
      La sublevación campesina de Loja, también llamada la Revolución del pan y el queso, tuvo lugar el 28 de junio de 1861 cuando un numeroso grupo de jornaleros, encabezados por Rafael Pérez del Álamo y al grito de "¡Viva la República y muera la Reina!" asaltaron el cuartel de la Guardia Civil de Iznájar como consecuencia de las pésimas condiciones de trabajo y ante la frustración por no poder acceder a los beneficios de la desamortización.La eliminación de los mayorazgos, el régimen señorial y la limitación de acceso a los bienes comunales y el cercamiento de las propiedades tras su venta, provocó un empobrecimiento acentuado de los trabajadores del campo.
      Tras movimientos de tropas el 24 de junio en Málaga, se precipitan los acontecimientos con el asalto campesino a Iznájar. El 30 de junio los jornaleros se desplazaron, alzando la bandera de la República y cantando el Himno de Riego, a la ciudad de Loja, feudo de Ramón María Narváez que ejercía en su ciudad natal como auténtico cacique, concentrándose unos diez mil -según la mayoría de las fuentes- de las poblaciones cercanas que saquearon y asaltaron la ciudad, estableciendo un sistema rudimentario de reparto de tierras. La sublevación se extiende por Archidona, Íllora, Huétor-Tájar y Alhama de Granada. El 3 de julio el Capitán General de Granada mandó fuerzas militares para que restablecieran el orden, tomando la ciudad en un combate sangriento. Tras el control de Loja el día 4, se procedió al ajusticiamiento por procedimiento sumarísimo de los cabecillas de los sublevados, fusilándose, según datos oficiales, a ciento dieciséis de ellos -aunque Pérez del Álamo había conseguido huir a Madrid- mientras que unos cuatrocientos eran deportados. No obstante, un numeroso grupo se dirigió a la capital, Granada, esperando con ello crear una movilización mayor a su causa. Sin embargo los pocos que restan son detenidos en Las Pilas. Al año siguiente, durante un viaje por Andalucía de Isabel II, se decretó la amnistía para todos los implicados, incluido Pérez del Álamo.
      Este es el origen del movimiento obrero en Andalucía Pero la desamortización municipal de Madoz fue perjudicial para todo el campesinado, y en especial para los que menos tenían.

       Mendizabal se convirtió desde 1836 hasta nuestros días en una de las bestias negras preferidas de la Iglesia. De hecho, todavía se justifica la aportación del Estado a la Iglesia en función de la desamortización de Mendizabal. El dibujo satírico representa a unos niños tirando del rabo del diablo. El diablo es Mendizabal, claro. La posdata decía: "¡Ah, muchachos, al hebreo! Tira del rabo, Juanillo, aprieta tú, Periquillo. Fuera, fuera el fariseo, que los templos entró a saqueo".