domingo, 4 de mayo de 2014

Creación del estado franquista.: Fundamentos ideológicos y apoyos sociales.

Tema 11. Creación del estado franquista: fundamentos idelógicos y apoyos sociales.
Excelente blog de Historia de España del IES Puerto de la Torre en el siguiente enlace:


Guerra Civil Española









A) Causas:
Entre las causas se puede destacar: 
- la oposición radical entre en dos bloques de la sociedad española
- la actitud y la mentalidad de parte del ejército proclives a la práctica golpista
- la escasa modernización del país, con predominio de la economía agraria y escasos núcleos de desarrollo industrial (Cataluña y País Vasco)
- la influencia de las ideologías totalitarias en Europa (comunismo, fascismo y nazismo)
- la crisis económica internacional de la década de 1930
- la incapacidad de la sociedad española para resolver problemas como la reforma agraria o la cuestión de las autonomías

B) La sublevación militar.
Desde las elecciones de febrero de 1936 existe un clima de radicalización y violencia callejera que culminará con el asesinato por la extrema derecha del socialista y teniente de la Guardia de Asalto Castillo (12 de julio), que será contestado con el asesinato del líder monárquico Calvo Sotelo (13 de Julio), como represalia por parte de sus compañeros. Este segundo asesinato fue el pretexto para que los militares que estaban conspirando desde febrero de 1936 para acabar con la República se sublevaran el 17 de julio con el general Franco a la cabeza.
El golpe militar fue un fracaso al no conseguir triunfar en las principales ciudades. En Madrid, el general Fanjul se encontró cercado en el Cuartel de la Monataña por grupos armados de ciudadanos a los que el gobierno, impotente para controlar la situación, había entregado armas. En Barcelona, el general Goded y sus seguidores fueron también dominados. En Valencia, Bilbao y otras ciudades ocurrió lo mismo.
Pero la sublevación triunfó en amplias zonas de la España rural (Galicia, Castilla y león, Navarra) y en algunas ciudades importantes como Sevilla, Córdoba, Granada y Zaragoza. Toda la franja Cantábrica (Asturias, Santander y parte del País Vasco) quedó aislada por los rebeldes, al permanecer fiel a la República.
Surgen así dos Españas en julio de 1936. Defendían principios irreconciliables y contrapuestos. Para unos el "Glorioso Alzamiento Nacional", que se había hecho necesario para salvar a España de la anarquía, para restablecer el orden y acabar mediante una "Cruzada de Liberación" con anaquistas, comunistas, socialistas, separatistas y masones. Para la otra España, la que permaneció fiel al gobierno legal de la República, había que luchar para defender los logros de una República democrática y para terminar con el fascismo que estaba extendiendo por toda Europa.
C) Recursos y apoyo de cada bando:
La República controlaba la mayor parte de las zonas mineras e industriales, además de los recursos financieros (oro del Banco de España). Los sublevados contaban con las mejores zonas agrícolas.
El ejército quedó dividido. La República controlaba un porcentaje mayor de la armada y de la aviación, pero las diferencias cualitativas en las tropas eran muy notables. Los sublevados contaban con el ejército profesional de África (Legión y Regulares) muy superior a las unidades peninsulares. Además la República disolvió el ejército y lo recompuso a partir de milicias políticas y sindicales, con la siguiente pérdida de efectividad.
En general, las clases altas y el campesinado medio (propietario de tierras) apoyaron el levantamiento. En cambio, las clases trabajadoras del campo y la ciudad fueron el soporte de la República. Sin embargo, una mayoría silenciosa y apolítica de la población, tuvo que ocultar su ideología si en sus localidades había triunfado el bando rival.

2. EVOLUCIÓN POLÍTICA
A) España republicana.
La sublevación provocó la dimisión del presidente del gobierno, Casares Quiroga. El presidente de la República, Azaña, encargó otro nuevo a Martínez Barrio, que fracasó en su intento de paralizar el movimiento insurgente, dando paso a José Giral.
El 5 de septiembre de 1936, Largo Caballero (izquierda del PSOE) formó un gobierno de coalición (nacionalistas vascos y catalanes, partidos republicanos, PSOE y PCE), en el que se integraron también cuatro ministros anarquistas.
El 1 de octubre de 1936 se aprobaba el estatuto de autonomía del País Vasco.
A principios de noviembre, el Gobierno abandonó Madrid y se trasladó a Valencia. La capital quedó bajo la autoridad de una Junta de Defensa dirigida por el general Miaja.
El Partido Comunista de España (PCE), que contaba con unos 10.000 afiliados, vio aumentar su protagonismo por la disciplina interna, el control de los suministros soviéticos y por la división entre las demás fuerzas republicanas. El PCE buscaba alianzas con otos sectores con el lema "primero ganar la guerra", mientras que otras fuerzas más extremistas (POUM, anarquistas) pretendían establecer medias revolucionarias (colectivizaciones).
La movilización popular que provocó la sublevación demandaba cambios en la organización económica y social, que fueron llevados a cabo por el gobierno republicano: nacionalización de industrias de los partidarios de la sublevación, continuación de la reforma agraria, nacionalización de industrias básicas, etc.
A partir de mayo de 1937, el nuevo presidente del gobierno republicano fue Negrín (PSOE) que se trasladó de Valencia a Barcelona. Intentó prolongar la guerra a toda costa con el fin de integrarla en la inminente II Guerra Mundial.

B) España sublevada.
Las muertes de Sanjurjo (1936) y Mola (1937) permitieron el nombramiento del general Franco como Generalísimo y Jefe del Estado. El fusilamiento en Alicante de José Antonio Primo de Rivera le permitió asumir también la jefatura de lo que será el partido único: Falange Española Tradicionalista y de las JONS. 
A pesar de su adhesión a la sublevación, Franco no permitió la presencia en España del líder de la CEDA, Gil Robles. Mola tampoco había permitido la presencia de don Juan, hijo del destronado Alfonso XIII.
En enero de 1938 se constituyó el primer gobierno del nuevo Estado formado por tradicionalistas, falangistas y militares. El apoyo del episcopado español a Franco le vino a partir de una carta escrita por el cardenal Gomá a los católicos de todo el mundo (1937) en la que explicaba la naturaleza religiosa de la guerra.


A) La guerra de columnas (1936)

La República declaró disuelto el ejército e intentó crear otro con las milicias reclutadas entre las organizaciones políticas y sindicales, con el consiguiente retraso a la hora de hacer frente a los sublevados.

Los sublevados organizaron columnas desde Pamplona dirigidas por Mola que fueron detenidas por los republicanos en el Sistema Central. En cambio, en el Sur el avance de Franco fue rápido y efectivo, gracias a la colaboración que le prestaron Alemania e Italia a la hora de trasladar el ejército de África a través del Estrecho. En octubre ya controlaban la mayor parte de Andalucía, Extremadura y Castilla La Nueva y enlazaban con la zona norte, amenazando Madrid.

B) La batalla por Madrid (1936-1937)

La ciudad se encontraba bajo el mando de la Junta de Defensa presidida por el General Miaja. Con la ayuda de las brigadas internacionales se pudo detener la ofensiva sublevada, que cruzó el Manzanares y ocupó parte de la Ciudad Universitaria. Un nuevo intentó de Franco desde Guadalajara con las tropas italianas también fue repelido.

C) La caída de la franja cantábrica (1937)

Un importante revés republicano por su importancia económica fue la conquista por parte de Franco de la franja cantábrica (Vizacaya, Santander y Asturias). En abril de 1937 fue bombardeada y destruida la localidad de Guernica por la Legión Cóndor alemana.
Para distraer la presión sobre el frente norte, las milicias republicanas intentaron contraataques en Brunete y en Aragón (Belchite), donde se producen importantes batallas sin un resultado claro.
D) La batalla del Ebro (1938)

En 1938, el general Vicente Rojo se puso al frente del estado mayor republicano. Tras varias ofensivas con éxitos iniciales, Francó desbarató el frente de Aragón dejando a Cataluña aislada. La última gran batalla de la guerra fue la ofensiva republicana del Ebro, que acabó siendo una gran derrota.

E) El final del Guerra (1938)

El bando se divide entre los partidarios de continuar la guerra (presidente Negrín) y los partidarios de pactar con Franco una paz humanitaria al menos. El coronel Casado con el apoyo de socialistas y anarquistas  dará un golpe de Estado en Madrid que no logrará sus objetivos, puesto que Franco había promulgado la Ley de Responsabilidades políticas. El 28 de marcho entró en Madrid y tras acabar con los últimos focos de resistencia en Alicante, el 1 de abril Franco anunciaba el final de la guerra: "no ha llegado la paz, si no la victoria". Comenzaba la dictadura.

DIMENSIÓN POLÍTICA E INTERNACIONALIZACIÓN DEL CONFLICTO.

Francia y Gran Bretaña, Estados democráticos, crearon un Comité de no intervención del que formaban parte 30 países que se comprometían, en teoría, a no ayudar a ninguno de los dos bandos. 
La República recibió la ayuda militar inmediata de la URSS y en mucha menor cantidad de Francia y de México. La ayuda soviética se pagó con el oro del Banco de España (510 toneladas).

La ayuda humana le llegó a la República a través de las Brigadas internacionales: unos 60.000 hombres de 30 países, sin demasiada experiencia militar pero disciplinados, que vinieron bajo el lema: "España será la tumba del fascismo". Eran de ideología comunista, socialista o liberal (obreros, periodistas, intelectuales, funcionarios, parados y aventureros). Vinieron a España para luchar contra la propagación del totalitarismo en el continente europeo y para salvar la democracia republicana en España. Su intervención ayudó a detener al ejército rebelde a las puertas de Madrid en el otoño de 1936. Fueron retirados de España a finales de 1938 (unos 18.000 murieron).

El bando sublevado recibió ayuda de Italia y Alemania de forma masiva y pagadera en materias primas (minerales) y el resto a plazos. Alemania envió su Legión Cóndor, con los aviones más modernos del momento y con unos 6.000 asesores militares. Italia a sus 40.000 soldados del "Corpo di Truppe Volontarie". Portugal, régimen dictatorial, apoyó a los rebeldes con unos millares de combatientes (los Viriatos). Irlanda también participó con la llamada "Legión de San Patricio".

2. LAS CONSECUENCIAS DE LA GUERRA.

La Guerra Civil fue el episodio más traumático que vivió la sociedad española durante el s. XX. Durante tres años, conciudadanos e incluso miembros de una misma familia luchaban entre sí; el odio entre los españoles se acrecentó, resultando inevitable el deseo de aniquilación del contrario. Los que vencieron excluyeron y persiguieron a quienes no se habían sumado de manera entusiasta a su bando.

En los últimos meses de la guerra, millares de combatientes republicanos y de familias enteras que habían defendido públicamente al Gobierno legal tuvieron que abandonar España de manera precipitada, dejando atrás todas sus pertenencias y propiedades. Miles de combatientes, intelectuales, militantes de partidos y sindicatos se agolparon en el puerto de Alicante, última ciudad en ser tomada por los franquistas, esperando tener plaza en uno de los barcos que los llevarían a algún país que los quisiese acoger. La frontera catalana con Francia era un río de personas que tuvieron que sufrir las penalidades del exilio, muchos jamás regresaron.

En resumen, casi medio millón de muertos, de los que buena parte corresponde a los asesinatos de las retaguardias o en las cárceles de los vencedores. Acabada la guerra, más de 250.000 personas ingresaron en prisiones o en campos de trabajo forzado. Decenas de miles de españoles exiliados se concentraron en campos de internamiento en el sur de Francia, más tarde se dispersaron por países europeos, por el norte de África y sobre todo en Latinoamérica; México fue la nación que acogió mayor número de personas y su capital se convirtió en la sede política de la República en el exilio.

Las consecuencias en la cultura española fueron importantísimas. Quedó destruido todo el esfuerzo de regeneración cultural  y educativa de la Edad de Plata de la cultura española (1898-1936). Fueron ejecutados o destituidos por el franquismo más del 60% de los maestros y profesores. Prácticamente la totalidad de los intelectuales de la generación del 27 y los más notables científicos y artistas murieron o marcharon el exilio: figuras señeras como García Lorca, Buñuel, Antonio Machado, Alberti, Picasso, Américo Castro son buen ejemplo de esta desertificación cultural.

Las consecuencias económicas fueron desastrosas para el país: la pérdida de reservas monetarias, la disminución de la población activa, la destrucción de infraestructuras viarias y fabriles, así como de viviendas. La mayoría de la población española hubo de sufrir a lo largo de las décadas de 1940 y 1959 los efectos del racionamiento y la privación de bienes de consumo.

Las consecuencias políticas fueron el final de la experiencia modernizadora y democratizadora que había supuesto la República y el inicio de un larguísimo período de represión, de falta de libertad política y la supresión de los derechos fundamentales de las personas. 

En el ámbito internacional, España inició 20 años de aislamiento político, con excepción del reconocimiento que obtuvo de algunos Estados, como el Vaticano y Argentina.

Durante las guerras.