martes, 28 de febrero de 2017

Tema 8 La Dictadura de Primo de Rivera.



 Tema 8. La Dictadura de Primo de Rivera.
1.Introducción
Para entender por qué se aceptó la Dictadura como un mal menor, hay que tener una visión global del reinado de Alfonso XIII, que fue declarado mayor de edad en 1902, lo que puso fin a la Regencia de su madre, María Cristina de Habsburgo Lorena. El hijo póstumo de Alfonso XII hereda una España llena de conflictos y con la terrible resaca de la crisis del 98 y la pérdida de las colonias insulares que constituían los restos del antiguo imperio español en el que no se ponía el sol.
Este reinado se va a caracterizar por la continua intromisión del rey en las cuestiones políticas, por los intentos de renovación de los dos partidos del turno, la efervescencia del republicanismo asociado al movimiento obrero, que llevó a Pablo Iglesias a conseguir un escaño como diputado, de los nacionalismos periféricos y el empeño en una nueva empresa colonial en Marruecos, tras haber conseguido compartir el protectorado de Marruecos con Francia, para apoyar los intereses de Gran Bretaña en la zona, fruto de la Conferencia de Algeciras de 1906.
Las circunstancias de este largo período que va desde 1898 hasta 1923 se concretan en los siguientes aspectos:
1.
Regeneracionismo político. Intento de la regeneración “desde arriba” por parte de Maura y de Canalejas. Efervescencia del movimiento obrero y el republicanismo. La acción del anarquismo, partidarios de la “acción directa”, que organizaron asesinatos selectivos como los que costaron la vida a Canalejas y a Eduardo Dato.
2.
 Radicalización del enfrentamiento de los nacionalismos periféricos con el nacionalismo español, sobre todo del catalanismo y el conflicto con el Ejército que se manifestó en las caricaturas aparecidas en la revista Cu-cut y la quema de su sede, lo que daría lugar a la aprobación de la Ley de Jurisdicciones.
3.
La Guerra de Marruecos produce uno de los acontecimientos con más repercusiones de este conflicto, la batalla del Barranco del Lobo” en la que fue herido Francisco Franco y le permitió ascender rápidamente en el escalafón militar. El envío de refuerzos por parte del gobierno de Maura y la decisión de llamar a los reservistas catalanes para esta misión, produjo la Semana Trágica de Barcelona (1909) que se saldó con un centenar de muertos, la ejecución del pedagogo catalán, fundador de la Escuela Moderna (anarquista), Francisco Ferrer y Guardia y la dimisión de Maura.
4.
La Primera Guerra Mundial (1914-1919) La también denominada “Gran Guerra” influyó decisivamente en  una España  neutral. El abastecimiento de productos agrícolas y material de guerra de los países implicados en la contienda, produjo el enriquecimiento de las oligarquías terratenientes e industriales españolas, pero empeoró enormemente la  situación de jornaleros y proletarios españoles, aumentando la conflictividad social que se manifestó en la crisis de 1917 y la convocatoria de una huelga general, alentada por el triunfo de la Revolución Bolchevique en Rusia. Esta situación desembocó en el llamado “Trienio Bolchevique” en Andalucía y la “Guerra Social” Barcelona que se concretó en la creación de los sindicatos libres (pistoleros a sueldo de los propietarios de las empresas) para combatir al movimiento obrero anarquista y la promulgación de la “Ley de Fugas” .
5.
    El desastre de Annual y el expediente Picasso. (1921) La Guerra de Marruecos produjo el último episodio desastroso en la política colonial española al aventurarse en una operación suicida en el sitio de Annual que produjo un número de víctimas en el que  aún no se ponen de acuerdo las fuentes, pero que pudo alcanzar la cifra de 15.000 personas, incluido el propio general Fernández Silvestre. Se abrió un expediente de investigación para determinar las responsabilidades, dirigido por el general Juan Picasso.
Las conclusiones no llegaron a publicarse porque Miguel Primo de Rivera, Capitán General de la Región Militar de Cataluña, dio un golpe de estado que lo evitó.

2.Desarrollo
En Septiembre de 1923, el General Miguel Primo de Rivera publicó en la prensa el Manifiesto “Al País y al Ejército españoles”

Enlace para leer el manifiesto:
Manifiesto Al país y al Ejército...
 En él expresa su intención de “salvar” a España de la corrupción política y el desorden social, encarnando el ideal que Joaquín Costa había deseado en sus escritos:
«Renovación del liberalismo abstracto y legalista imperante, que ha mirado no más a crear y garantizar las libertades públicas con el instrumento ilusorio de la Gaceta... sustituyéndolo por un neoliberalismo orgánico, ético y sustantivo, que atienda a crear y alianzar dichas libertades con actos personales de los gobernantes principalmente, dirigidos a reprimir con mano de hierro y sin tregua a caciques y oligarcas».

Primera fase: El Directorio Militar (1923-1925)
El golpe se hizo con el consentimiento del propio Rey, Alfonso XIII (ante el rumor de su participación en el Desastre de Annual) que lo nombró Jefe de un Gobierno de carácter militar. Se creó un Directorio Militar con ocho generales de brigada del Ejército y un contralmirante. Se suspendió la Constitución, se disolvieron los ayuntamientos, se prohibieron los partidos políticos, se crearon los Somatenes como milicias urbanas para mantener el orden público y se declaró el estado de guerra en todo el país.

    La expresión "dictadura con rey" o "dictadura militar de real orden", obedece al hecho de que la suerte final del golpe militar la decidió el rey Alfonso XIII al no respaldar al gobierno y ceder el poder a Primo de Rivera, lo mismo que había hecho un año antes el rey de Italia Víctor Manuel III que se negó a firmar el decreto que declaraba el estado de emergencia para impedir que la "marcha sobre Roma" de los fascistas triunfara, y que al día siguiente nombró a Mussolini, jefe del gobierno.

    En principio la Dictadura iba a ser un régimen temporal —Primo de Rivera dijo que su propósito era permanecer sólo noventa días, tiempo suficiente para regenerar el país—, pero duró seis años y cuatro meses.
Las primeras decisiones del dictador marcaron el rumbo de cómo se iba a gobernar. A la disolución de las Cortes se unió el día un decreto que prohibía el uso de otra lengua que no fuera el castellano, ni de símbolos como banderas vascas o catalanas. La Mancomunidad de Cataluña fue intervenida  y se disolvieron las Diputaciones Provinciales. Del mismo modo se restringieron las libertades políticas, se anuló el sistema de representación, se suspendieron las garantías constitucionales y se censuraron las publicaciones de la prensa.


La actuación de Primo de Rivera estuvo encaminada a resolver una serie de problemas que el dictador se encontró cuando accedió al poder:

1. Para resolver el problema del orden público creó el somatén nacional, cuerpo paramilitar destinado a hacer frente al movimiento obrero (Ya existía en Barcelona) y persiguió tanto a los anarquistas como a los comunistas (PCE, creado en 1920), así se puso fin a la guerra social y disminuyeron las huelgas.
2. Para resolver el problema laboral se crearon los comités paritarios (antecedentes de los jurados mixtos republicanos y del sindicato vertical franquista) y se siguió la "Carta del Lavoro" que Mussolini había diseñado en Italia. En esta cuestión, contó con la colaboración de un sector del PSOE, dirigido por Francisco Largo Caballero, lo que supuso para este partido y su sindicato un crecimiento enorme en número de afiliados y seguidores en detrimento de la CNT y los anarquistas.
3. Para resolver el problema de Marruecos y aunque el dictador había sido como miembro del ejército peninsular, contrario a la política colonial, organizó una alianza franco española para llevar a cabo el Desembarco de Alhucemas y derrotar a los rebeldes rifeños y a Abd el Krim, el mayor éxito de la Dictadura.
Según Genoveva García Quiepo de Llano:

"La victoria de Marruecos fue, sin duda, el triunfo más espectacular del gobierno de Primo de Rivera, y sentó las bases de la política exterior de la Dictadura en el futuro. La voluntad de permanencia en el poder del general Primo de Rivera a partir del año 1925, a pesar de que él mismo había indicado la provisionalidad de su régimen, fue precisamente que hubiera solucionado un problema que había sido la pesadilla de todos los gobernantes españoles desde el año 1898"
4. Para resolver el problema de los nacionalismos, a parte de la ya mencionada represión del nacionalismo catalán, a la que se sumó el boicot a los juegos florales, el cierre del periódico "La Veu de Catalunya", la clausura del F.C. Barcelona y del Orfeón catalán, como manifestaciones nacionalistas lo que aumentó el radicalismo y dio lugar a la creación del movimiento independentista "L'Estat Catalá. También se persiguió al nacionalismo vasco más radical.

Segunda fase: El Directorio Civil (1925-1930)
El 3 de diciembre de 1925 se estableció lo que se conoce como Directorio civil, con hombres que no provenían del antiguo sistema de partidos, sino de la ultraderecha y el catolicismo más radical (Asociación Católica Nacional de Propagandistas (ACNP)Se trataba de una organización de seglares con la finalidad de formar élites católicas que acudieran a la defensa de los intereses de la Iglesia allí donde peligraran creada en 1909 y el Opus Dei, fundado por José María Escrivá de Balaguer en 1928), entre los que se encontraban José Calvo Sotelo como ministro de Hacienda. La Constitución permaneció suspendida.
Además se intentó la creación de un partido único "La Unión Patriótica" y la Asamblea Nacional Consultiva, pero sin el éxito que tuvo Mussolini en Italia.

Es imprescindible conocer cuáles fueron las líneas fundamentales de la Dictadura en el terreno económico y social, puesto que de ellas dependió la sensación existente entre un sector de la sociedad española de que el régimen había tenido un balance positivo, aparte de que el talante con que Primo de Rivera abordó su actuación en estas materias resulta en sí mismo muy revelador respecto a sus propósitos.
A diferencia de lo que les sucedió a sus predecesores y a quienes le siguieron en los años treinta, Primo de Rivera se benefició ampliamente de una situación de auge económico que era común a todas las latitudes y que él mismo no había contribuido a crear: eran los felices años veinte. La labor del Dictador en esta materia fue motivo de controversia. Un liberal conservador como el duque de Maura la calificó de "incongruente y con afán de megalomanía", siendo una reedición española del despotismo ilustrado sin más aditamento que algún que otro perfil entre fascista y soviético. De forma similar pensaron los responsables económicos del gobierno Berenguer.
La Dictadura centró su propaganda en sus logros económicos que, junto con la solución del problema de Marruecos, constituyeron el aspecto más positivo de su gestión. Se realizó un gran esfuerzo por aumentar la renta nacional y mejorar su distribución, fundamentalmente a base del incremento en los gastos públicos. Ha llegado a afirmarse que el régimen primorriverista fue un precedente directo de la política económica que, inspirada en Keynes, serviría a muchos países de Europa occidental para hacer frente a la crisis de los años treinta. La política económica llevada a cabo por el general Primo de Rivera tuvo sus luces y sus sombras, pero estuvo claramente vinculada con un nacionalismo regeneracionista que presidió toda su labor de gobierno. Un último aspecto de su política económica fue la intervención estatal.

Este conjunto de tesis de política económica se concretó en dos actuaciones complementarias destinada, la primera, a combatir los efectos de la crisis y, la segunda, a ejercer además una acción de reactivación, también basada en unos propósitos regeneracionistas. Producto de lo primero fue la estructura corporativa y de carácter consultivo creada para regir la economía española, las medidas de protección de la industria nacional, la creación del Monopolio de Petróleos o la actuación en Telefónica; en cambio, la mejora de las comunicaciones y la política hidráulica formaban parte del plan destinado a la reactivación económica.
En 1924 se creó el Consejo de Economía Nacional, del que dependía un Comité Regulador de la producción industrial y sin cuyo permiso no podía instalarse ninguna nueva industria. Se favoreció el proteccionismo frente al exterior y se restringió la competencia a través de la creación de monopolios estatales. En junio de 1927 se creó CAMPSA (Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos), cuyo proyecto de creación se remontaba a 1917. Su fin primordial consistía en aliviar las necesidades presupuestarias y ocuparse de la compra de yacimientos, transporte y refinos. Hubo otro terreno en el que la Dictadura estuvo muy lejos de cualquier fiebre nacionalizadora: la Compañía Telefónica tenía mayoría de capital de la ITT, que era la única capaz de proporcionarle los recursos tecnológicos. Fue ésta la causa de que Primo de Rivera moderara su nacionalismo respecto a ella.
En las obras hidráulicas es donde fue más visible la política económica de reactivación. Aquí también Primo de Rivera se inspiró en proyectos anteriores. Fue el ingeniero aragonés Lorenzo Pardo, próximo a los círculos que seguían a Joaquín Costa, quien ideó la creación de las Confederaciones Hidrográficas destinadas al aprovechamiento integral (energético, de riegos y de transporte) de las cuencas fluviales para así asegurar los riegos ya existentes y, en corto plazo, triplicarlos. Un aspecto importante de la reactivación económica de la Dictadura fueron las vías de comunicación. En 1926 el conde de Guadalhorce creó el Circuito Nacional de Firmes Especiales, que, bajo la dirección de un Patronato, realizó unos 7.000 kilómetros de carreteras. En lo que respecta a los ferrocarriles, la Dictadura inició el camino del intervencionismo mediante el Estatuto Ferroviario.
El proyecto de financiación de la política del gasto público fue la emisión de Deuda, que con frecuencia se dedicaba a un propósito concreto. Fue la Deuda el gran motor de la expansión industrial. En cambio, con relación a la financiación no se recurrió a una política fiscal avanzada, que habría sido fundamental no sólo desde el punto de vista económico sino también social. Cuando Calvo Sotelo fue Ministro de Hacienda insinuó un plan que pretendía convertir los impuestos del producto en impuestos sobre la renta, aumentar los relativos sobre las rentas no ganadas con el trabajo o las tierras mal cultivadas y los sucesorios, extender el Monopolio, etc. Pero su labor fue muy limitada y los verdaderos problemas no fueron atacados a fondo.
El efecto de la política económica llevada a cabo por Primo de Rivera sobre la producción industrial fue bueno a corto plazo. El sector más pudiente de la sociedad española fue el mayor beneficiario del desarrollo industrial. También en estos años se produce la conversión de la banca española (sobre todo la madrileña, el Hispano y el Español de Crédito) en una banca nacional, a la vez que se consolida la banca oficial como el Banco de Crédito Local y el de Crédito Industrial así como de las Cajas de Ahorro.
La modestia de las transformaciones sociales contrastaba con los logros de la política económica y ponía en peligro las posibilidades de desarrollo de la industria textil, pero al final de la década eran patentes otras limitaciones del modelo económico dictatorial. El déficit presupuestario podía ser enmascarado, algo no infrecuente en la historia del presupuesto español pero, además, el desequilibrio de la balanza de pagos produjo unas consecuencias muy negativas, ya que aumentó las importaciones y disminuyó las remesas de los emigrantes.
En cuanto a la política social, Primo de Rivera tenía opiniones convencionales y paternalistas y, desde luego, nunca pretendió llevar a cabo una transformación radical de tipo social. El general prometió a los sectores obreros una actitud de paternal intervención. No es casual este calificativo paternal, ya que si existe un rasgo que pueda caracterizar al régimen dictatorial es precisamente su voluntad tutelar y paternalista.
En abril de 1924 se creó un alto órgano consultivo, el Consejo Nacional de Trabajo, Comercio e Industria, y poco después el Instituto de Reformas Sociales, que había jugado un importante papel, quedaba integrado en el Ministerio de Trabajo. La obra social de la Dictadura se debe al Ministro de Trabajo Eduardo Aunós. En agosto de 1926 apareció el Código de Trabajo, que pretendía ser el primer elemento de una nueva codificación de tipo social más amplia, pero que no llegó a realizarse por completo. El régimen dictatorial no sólo recopiló disposiciones anteriores sino que también promulgó algunas nuevas, como la creación del Tesoro del Emigrante y la Dirección General de Emigración, en septiembre de 1924, la aprobación del subsidio de familias numerosas en junio de 1926 y el seguro de maternidad en 1929.
Pero lo más brillante de la labor social de la Dictadura, a la vez que lo más discutido, fue la organización corporativa a partir de los comités paritarios. Fue creada en noviembre de 1926 y en el prólogo de la disposición que la vio nacer se afirmaba que respondía a "un pasado español tan lleno de grandeza como de enseñanzas". En España la idea corporativa se basaba en el sindicato libre, pero, a diferencia de lo que era la tesis católica, éste estaba tutelado y condicionado por el Estado, según la definición del Ministro Aunós. Por tanto, aunque manteniendo un tipo de inspiración distinta del fascismo, no se identificaba sin embargo totalmente con la tesis católica.
El comité paritario era la célula primaria de la organización corporativa; el segundo peldaño lo constituían las comisiones mixtas provinciales y, finalmente, los consejos de la corporación de cada oficio eran el órgano superior. La representación de patronos y obreros eran igual en cada peldaño y la labor presidencial era ejercida por una persona nombrada por el Gobierno. La organización corporativa creada por Primo de Rivera fue ampliamente criticada, a veces sin fundamento. Los sectores conservadores consideraban que la representación estaba dominada por el partido socialista y por ello la criticaban, pero esto no fue siempre así y, cuando lo fue, era inevitable.
En buena medida, fue la organización corporativa la responsable de que existiera una paz social durante la Dictadura de Primo de Rivera. La reforma del Código Penal, realizada en septiembre de 1928, no prohibió las huelgas sino que limitó su aprobación a las que tuvieran un motivo estrictamente económico. Así, durante este período se redujo el número de huelgas. Los principales beneficios que obtuvo la clase obrera durante la Dictadura fueron más una consecuencia de la estabilidad en el empleo y de la extensión de la seguridad social que de una mejora en las condiciones de trabajo conseguida a través de la negociación.

Los éxitos económicos de la Dictadura se pusieron de manifiesto en las exposiciones internacionales organizadas en España en 1929, la Iberoaméricana de Sevilla y la Internacional de Barcelona.
Enlaces sobre las Exposiciones internacionales:
http://www.artehistoria.jcyl.es/v2/contextos/7162.htm

http://moleskinearquitectonico.blogspot.com.es/2010/10/exposicion-iberoamericana-de-sevilla.htm
Enlace con imágenes de la Dictadura:
http://www.juntadeandalucia.es/averroes/ies_sierra_magina/d_csociales/H_espana/Berna/Imagenes_y_textos_Tema_11_La_dictadura_de_Primo_de_Rivera.pdf

Enlace de Artículo sobre Francisco Largo Caballero:

http://cultura.elpais.com/cultura/2013/01/14/actualidad/1358186029_679005.html


El final de la Dictadura:
La retirada de los principales apoyos a Primo de Rivera fue la causa principal del fin de la Dictadura. 
La persecución del nacionalismo catalán le proporcionó el rechazo de la burguesía catalana. Varias intentonas golpistas como la "sanjuanada", ponían de manifiesto la oposición en el seno del Ejército. El enfrentamiento con los intelectuales y la universidad se materializó con el cese y el destierro de Miguel de Unamuno, Rector de la Universidad de Salamanca. En el PSOE triunfaron las tesis de Indalecio Prieto, contrarias a la colaboración con el dictador. Hasta Alfonso XIII le retiró su apoyo, lo que hizo que Primo de Rivera dimitiera el 28 de Enero de 1930 y se exiliara a Francia, además enfermo, donde falleció al poco tiempo.
El Rey se encontró con un grave problema de gobierno e inauguró el período político conocido como la Dictablanda, nombrando a otro general, Dámaso Berenguer, como jefe de Gobierno que cometió, en palabras de Ortega y Gasset en el periódico "El sol", el denominado "error Berenguer",que consistió en intentar restablecer la Constitución de 1876, como si la dictadura no hubiese ocurrido.
Le sucedió como jefe de gobierno el almirante Juan Bautista Aznar, al que se le encargó la elaboración de un calendario electoral que permitiera volver a situar a los partidos del turno en sus antiguos feudos, para ello se inició un proceso comenzando por la convocatoria de unas elecciones municipales para el día 12 de abril de 1931. 
Republicanos, nacionalistas y socialistas se habían reunido en San Sebastián en 1930 y habían firmado un pacto (como el Pacto de Ostende de 1866) para instaurar la república. Con este mismo fin, se habían producido algunos pronunciamientos militares como el de Jaca y el del aeródromo de Cuatro Vientos (Torrejón de Ardoz) para proclamar la república, pero sin éxito.
En la campaña electoral, los republicanos difundieron la idea de que estaba en juego la continuidad de la monarquía o la instauración de una república que modernizara realmente al país.
3. Conclusiones:
La Dictadura de Primo de Rivera fue un ejemplo más de los regímenes autoritarios que se desarrollaron en Europa en los años 20 y 30 del siglo pasado y favorecieron el desarrollo de los totalitarismos.
Consiguió una pacificación momentánea del país que ocultaba bajo su apariencia los grandes conflictos sociales que dificultaban la convivencia y que se pusieron de manifiesto con toda su crudeza cuando se notaron los efectos de la crisis económica de 1929. 
Fue modelo a seguir por el régimen franquista.
A pesar de la represión que ejerció en determinados aspectos, hay que reconocer que en otros no fue tan drástica y que permitió, por ejemplo, que surgiera la conocida como "Generación del 27", poetas en su mayoría que van a contar, por un lado con una revista excepcional, que va a permitir abrirse al mundo y recibir al tiempo las novedades del exterior, la "Revista de Occidente" de José Ortega y Gasset; y por otro con un punto de encuentro y convivencia: la Residencia de Estudiantes. y que van a participar en el homenaje a Luis de Góngora organizado por el Ateneo de Sevilla en el tercer centenario de su muerte.



No hay comentarios:

Publicar un comentario